Ha pasado un mes desde que Jason Collins, firmara su contrato con los Brooklyn Nets. En aquel momento, el jugador angelino, se convertía en el primer jugador que ha declarado abiertamente su homosexualidad en jugar en una de las cuatro grandes ligas de Estados Unidos.
En este tiempo Collins ha conseguido ganarse un hueco en la rotación de la plantilla más cara de la NBA y además convertirse en un auténtico símbolo para la comunidad homosexual. Tal ha sido el impacto de la noticia, que el pívot de los Nets se ha convertido en un fenómeno de masas, no solo en Estados Unidos, sino también a nivel internacional. Collins simplemente ha dicho y se ha comportado como lo que él es y gracias a su valor se ha ganado un hueco en la historia haciendo lo que siempre había echo hasta declarar su condición sexual, jugar a lo que a el le gusta, jugar a baloncesto.
Transcurrido este tiempo y después de llevarse más de una ovación en canchas rivales, el pívot ha pasado revista a estos 30 días en los que se ha convertido en centro de las miradas del deporte. En este mes, Jason Collins ha recibido mensajes de ánimo y de respeto de «casi» todos sus rivales.
Según declaró en el New York Daily News:
«Todos los jugadores me han respetado, menos un cabeza hueca al que no hice caso, lo dejé pasar. No puedes controlar todo, así que lo único que pude hacer es dejarlo pasar y ser un profesional.»