Os hemos ido explicando el verano que ha vivido Mason Plumlee paso a paso, desde la Summer League de Orlando a la materialización de su sueño dorado. Cada fase que ha ido quemando parecía un regalo, algo inesperado para un jugador que venía de realizar una temporada rookie buena, pero no brillante. La invitación para unirse al Team Select, su «ascenso» al Team USA o su inclusión en el roster participante en el FIBA World Cup, todos estos retos los ha ido superando Mason Plumlee, casi siempre en medio de críticas acerca de si realmente era merecedor de tanto elogio, pasando por delante de jugadores con mucho más renombre e incluso mucha más proyección.
«No fui al USA Camp pensando que iba a entrar en el equipo«, dijo Mason Plumlee en una entrevista con Lenn Robbins publicada en la web oficial de Brooklyn Nets. «No creo que si eres un competidor lo enfoques de esa manera. Habían grandes jugadores allí, yo solo me concentré en mi juego, en lo que puedo aportar, y simplemente funcionó«.
Al igual que en su primera temporada regular, el jugador de los Nets no ha mostrado brillantez en su juego durante el Mundial, pero siempre ha estado allí cuando se le ha necesitado, siempre ha aportado energía y capacidad de trabajo. En definitiva, siempre ha hecho lo que el entrenador esperaba de él y… ¿no es eso lo que hace que jueguen unos y no otros jugadores? Ahí radica la gran valía del mediano de los Plumlee.
Pues bien, hoy ya lo podemos decir: Mason Plumlee es campeón del mundo.
Sus estadísticas en el campeonato son ciertamente humildes: 2.3 puntos y 2.0 rebotes en menos de 7 minutos por partido, siendo el jugador con el diferencial más bajo de Estados Unidos (-1.2). Pero hasta en esta humildad podemos encontrar evolución. Mason Plumlee entró como teórico último jugador en la rotación, siendo considerado el 5ª pívot, la última bala del Team USA. Pues bien, al final del torneo, Plumlee había superado a Drummond, un jugador con mucho más caché entre los aficionados.
Tal y como comenta Robbins, el beneficio más importante en la participación del ahora jugador de segundo año de Brooklyn Nets, es la experiencia adquirida durante la convivencia con otras estrellas de la NBA.
«Cada día entrenaba con algunos de los mejores jugadores de la liga», dijo el jugador. «Intentas captar cosas en cada entrenamiento y en cada partido. Simplemente lo pasamos bien y me llevo muchas cosas positivas de ello«.
Con el oro conseguido, el jugador de los Nets no sólo cumple su sueño, sino que se saca una espina que tenía clavada desde el 2008, cuando perdió la final del campeonato FIBA Americas U18 ante Argentina (77-64). Aquel combinado americano fue el último en no salir como ganador de un torneo internacional… en cualquier categoría. Ahora Plumlee vuelve a estar en el lado ganador.
Pero esto no acaba aquí, Mason Plumlee ahora puede decir que es campeón de la NCAA (2010) y de un Mundial de Basket, mérito que no muchos en la historia pueden alardear. Ahora toca volver a la realidad de Brooklyn, seguir creciendo en su juego y afianzándose en la rotación. Aún le quedan muchos sueños por cumplir, como por ejemplo una medalla en los Juegos Olímpicos o, por que no, un anillo de la NBA con los Brooklyn Nets.