El cuarto maldito de los Mavericks

El equipo texano se desploma durante los terceros cuartos

Los 4 partidos jugados por los texanos en lo que llevamos de temporada han seguido el mismo guión. Dominio claro de los Mavericks durante la primera parte, basado en una alto ritmo anotador, 52-53-67 y 69 puntos anotados respectivamente en los cuatro primeros partidos de la temporada ante Spurs, Jazz, Pelicans y Celtics. Seguido de un gran desplome del juego del equipo durante el tercer cuarto

Este gran acierto en la anotación durante los dos primeros periodos, se ve reflejado en los porcentajes de tiro de campo conseguidos durante las primeras mitades de sus partidos, en las cuales nunca bajó del 48,9% de acierto en tiros de campo ni por debajo del 40% en tiros de 3 durante los dos primeros cuartos, excepto en  una ocasión, frente a los Pelicans. Y alcanzando el zenit en porcentaje de lanzamientos durante el partido de ayer en casa frente a los Celtics, donde lograron un 63,4% en tiros de campo y un superlativo 71,4% en tiros de tres durante los primeros 24 minutos de partido.

Cabe destacar que todo esto está apoyado en una gran defensa, que solamente ha permitido que los rivales pasen de los 50 puntos en la primera mitad en uno de los cuatro partidos disputados hasta el momento. Esto refleja el estilo de juego que Carlisle quiere que desarrollen sus pupilos sobre el parqué.  Todos estos factores hacen que los Mavericks se vayan al vestuario con una ventaja de 18,25 puntos de media sobre sus rivales.

Lo que actualmente preocupa tanto a la directiva como al cuerpo técnico de los tejanos es ¿qué es lo que sucede en el vestuario de los Mavericks para que el equipo salga completamente desenchufado tras el descanso? Analicemos las cifras.

Durante los terceros cuartos los Mavericks han concedido 33,75 puntos de media a sus rivales, anotando únicamente 22 puntos de media durante el periodo fatídico, lo que hace que pierdan casi 12 puntos de ventaja sobre su rival en un único cuarto y concedan al oponente la oportunidad de volver a meterse en el partido. Hasta la fecha únicamente han perdido un partido, ante los actuales campeones de la NBA, pero a la larga, esto puede ser un problema a la hora de intentar alcanzar cotas mayores.

Los Mavericks han perdido la lucha bajo los tableros en todos los partidos durante el tercer cuarto, lo que ha supuesto un aumento de las oportunidades de anotar para los equipos que tenían enfrente. También han visto como sus % de tiro se desplomaban mientras que los de sus oponentes aumentaban hasta superar siempre el 50%, excepto en el caso de los Jazz que se quedaron en el 45%.

Todos estos datos, denotan que los Mavericks, al enfilar el túnel de vestuarios, pierden toda la concentración que les hace salir a la pista con ganas de cerrar los partidos lo antes posible, llegando a obtener ventajas de hasta 31 puntos durante el 2º periodo como sucedió ayer ante los Celtics y que se olviden que el baloncesto es un deporte en el que cada partido dura 48 minutos y hay que jugar 82 partidos para lograr la clasificación para los Play-Offs.

Carlisle lo sabe y tras el partido de ayer declaró:

“Esto se nos está yendo de las manos y nuestros chicos lo saben. Vamos a poner remedio, eso te lo puedo asegurar. Portland (próximo rival de los de Dallas) es uno de los mejores equipos del Oeste. Su cancha es una de las más difíciles de la liga. No nos podemos permitir este tipo de despistes jugando contra rivales de ese nivel”.

Por su parte Parsons mostró su preocupación por las dificultades que atraviesa el equipo a la vuelta de los vestuarios:

“Es preocupante. Los otros tres cuartos los hemos jugado a un gran nivel y me encanta la forma en la que nunca nos rendimos. Pero no podemos permitir al resto de equipos remontarnos y reducir las diferencias de este modo”.

Al parecer los Mavericks esperan revertir la situación y que esto no se repita en el futuro, de lo contrario, dejarán escapar un número valioso de victorias que les hagan ascender en la clasificación del Oeste y así conseguir un emparejamiento más ventajoso de cara a la pos-temporada.

Y es que una cosa está clara en esta liga, el mínimo despiste puede costarte un año entero de trabajo y en Dallas lo saben.

 

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