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— San Antonio Spurs (@spurs) enero 12, 2016
Primer partido de los Nets tras la revolución vivida durante los últimos dos días. Lionel Hollins ya no está al cargo del equipo, pero su sustituto interino, Tony Brown, sufrió en sus carnes la frustración de dirigir a los Nets hoy día. Y el rival tampoco ayudó precisamente.
Los Spurs pasaron de puntillas por el Barclays, sin apretar, casi con el piloto automático, y eso les fue suficiente para derrotar a los locales con un contundente 106-79. Ningún Spur jugó más de 29 minutos.
Popovich tuvo en su mejor hombre a LaMarcus Aldridge, autor de 25 puntos y 11 rebotes en 28 minutos de juego. En segunda instancia, Kawhi Leonard completó el juego con 17 puntos y 8 rebotes. San Antonio tuvo tiempo de «liberar al Kraken», como últimamente se viene apodando a Boban Marjanovic, que aportó 13 puntos en 13 minutos, incluyendo varios mates para hundir aún más la moral de Brooklyn.
Tony Brown probó con nuevas alineaciones, dando la titularidad a Sloan y Ellington en lugar de Larkin y Bogdanovic, y ofreciendo más minutos a los jóvenes, especialmente Markel Brown. Pero el resultado fue el mismo: descontrol, pérdidas y un equipo sin ideas.
El máximo anotador de los Nets fue Brook Lopez, con 18 puntos. Le siguió Joe Johnson, que aportó 16 con una serie de 6 de 7 en tiro. Desde el banquillo, Thomas Robinson aprovechó los minutos que tuvo en pista para añadir 10 puntos, siendo el tercer Net en llegar a los dobles dígitos.
El partido comenzó con Aldridge marcando territorio para los visitantes, anotando 10 puntos en los 7 primeros minutos del primer cuarto. San Antonio parecía destinado a despegar en el marcador, pero el inicial acierto de la dupla interior de los Nets, formada por Thad Young y Brook Lopez, mantuvo a los suyos en el partido al final del primer periodo, 22-20 para San Antonio.
El guión se mantuvo en el segundo. Los Spurs seguían sumando con su habitual juego sobrio, abriendo poco a poco el marcador, pero con los Nets aguantando gracias de nuevo a Lopez, que anotó 14 de sus 18 puntos en los primeros 18 minutos del partido. Este aguante duró hasta que los Spurs encadenaron un parcial de 10-2 a mediados del cuarto para pasar por primera vez la barrera de los 10 puntos, 39-28 en el minuto 20. La aparición de Joe Johnson recortó algo las distancias al descanso, al que se llegó con un marcador aún muy favorable a San Antonio, 45-38.
Tras la reanudación, intercambio de golpes entre los dos equipos, pero ya se intuía que la cosa podría ponerse muy fea para los locales en cuanto bajaran su nivel de acierto… y así fue. Un parcial de 25-7 visitante ponía a los Spurs con +20, 73-52 en el minuto 35, pero eso no era todo. El «Kraken» Marjanovic había sido liberado y el serbio campaba a sus anchas por la zona visitante, imposible de detener por los pívots rival. Todo sentenciado al final del tercero, al que se llegó con 77-56 para Spurs.
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Los Nets seguían cometiendo los mismos errores que en los últimos partidos, forzando posesiones, mala selección de tiro y falta absoluta de circulación de balón. Con estos ingredientes, el último cuarto resultó un mero trámite donde San Antonio siguió aumentando las distancias, que llegaron a ser hasta de 30 puntos, para acabar con el definitivo 106-79.
Tony Brown reconocía la absoluta superioridad visitante al finalizar el partido.
«San Antonio es el estándar de oro en la NBA«, dijo el nuevo técnico de los Nets (vía NBA.com). «Hemos jugado ante un equipo que es como un martillo neumático. Saben como jugar juntos, y eso es algo que vamos a intentar hacer aquí.»
Por su parte, Aldridge destacaba también la cohesión de los suyos.
«Todo se basa en la consistencia«, dijo el ala-pívot. «No hay sorpresas. Sabes lo que vas a obtener día sí y día también, partido a partido, así que eso te facilita mucho la faena, está claro.»
Con esta victoria, la 8º consecutiva para los hombres de Popovich, San Antonio se sitúa con un récord de 33-6, segundos en el Oeste y en la NBA. Los Spurs jugarán su próximo encuentro esta misma noche, visitando la pista de Detroit Pistons.
Los Nets siguen en barrena y ya acumulan 10 derrotas consecutivas en casa, elevando su balance negativo hasta las 10 victorias y 28 derrotas. Su próximo partido será el miércoles, cuando recibirán a los eternos rivales, los New York Knicks en casa. Un partido que puede acabar aún más con la moral (si es que queda algo) de la afición local.