Milwaukee Bucks visitaba Miami para enfrentarse a unos Heat con muchas bajas, algunas de importancia, en el equipo. Ni Chris Andersen, ni Beno Udrih, ni Josh McRoberts, ni sobre todo Goran Dragic estaban disponibles para Erik Spoelstra, mientras que Gerald Green había sido duda hasta última hora; aunque finalmente estaba disponible junto con Dwyane Wade, pero ninguno de los dos al 100%. Así pues, una plantilla en cuadro principalmente en el juego exterior que se enfrentaba a uno de los equipos con un backcourt más infravalorado y peligroso, el formado por Carter-Williams, Middleton y Antetokounmpo. Los Bucks estaban inmersos en una crisis arrastrada ya desde principio de temporada, aunque el 6-4 de balance en los últimos 10 encuentros les daba un respiro y aspiraban a salir del pozo del Este en el que estaban metidos; ya que su objetivo inicial eran los PlayOffs y seguían contando con opciones y equipo para lograrlo.
Precisamente los exteriores de los Bucks, especialmente Middleton con 2 triples, empezaron el partido enchufados y pusieron un 11-4 en 3 minutos que obligó a Spoelstra a pedir el primer tiempo muerto del encuentro. Eso ayudó a los Heat a recortar las diferencias, especialmente con un mate espectacular de Josh Richardson por encima de Antetokounmpo que puso al pabellón en pie, y mediado el cuarto habíamos pasado del 11-4 mencionado a un ajustado 13-12. Hassan Whiteside hizo su trabajo, esto es intimidar atrás y ser efectivo en ataque, pero los Bucks permanecieron durante todo el cuarto por delante en el marcador gracias al dúo Middleton-Antetokounmpo, terminándolo 19-18 arriba.
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Bayless tomó el relevo de Middleton en labores ofensivas para los Bucks en el segundo cuarto, mientras que entre Bosh y Stoudemire hicieron lo propio para los locales. Un alley-oop de Green para Winslow al contraataque puso de nuevo a Miami por delante en el luminosos cuando quedaban 5:40 para el descanso, hecho que obligó a Joe Prunty – Head Coach interino de los Bucks durante la ausencia por lesión de Jason Kidd – a pedir tiempo muerto. La segunda unidad de los Heat estaba siendo superior a la de los de Wisconsin pese a las bajas. Es por eso que tras el tiempo muerto Milwaukee sacó a toda su artillería y de nuevo se marcharon, esta vez de 7 puntos, en el marcador. Quedaban unos 3 minutos y los Bucks siguieron trabajando para aumentar poco a poco la ventaja, estableciendo un nuevo máximo de 10 puntos que dejó el luminoso en un 49-39.
Las pérdidas fueron un lastre en el inicio de la segunda mitad para los Heat, y los visitantes lo aprovechaban para aumentar la máxima hasta los 22 transcurridos unos 7 minutos. Solamente Bosh parecía querer la victoria para los locales y anotaba 5 puntos consecutivos, pero los Bucks estaban siendo un equipo muy sólido y no permitieron acercarse demasiado a los Heat, que terminaron el cuarto 75-57 abajo.
Hassan Whiteside volvía a hacer de las suyas en ambos lados de la pista buscando la remontada, pero apenas recortaban unos pocos puntos. De hecho, mediado el cuarto la diferencia seguía rondando la veintena y los locales cada minuto que pasaba tenían la victoria más lejos, con lo que empezaron a bajar los brazos. En un último empujón a la desesperada los Heat redujeron la diferencia a 15 puntos a falta de 3 minutos, pero la distancia era demasiado grande, los Bucks supieron administrarla sin problemas y Miami se quedó sin tiempo antes incluso de haberse acercado a una distancia peligrosa para los visitantes. Al final, el resultado fue de 91-79.