La segunda derrota cosechada por los Oklahoma City Thunder en la cancha de los Houston Rockets por 111-115 fue desde luego más frustrante que la primera, acabada con una paliza. Sin embargo, junto con la amargura que deja perder un partido que se habría podido ganar, se hace sitio otro sentimiento: la confianza en los propios medios y el saber que el equipo está realmente a la altura de un rival que un par de días antes parecía de otro planeta. El rookie español Álex Abrines piensa exactamente de esta forma:
“Hemos hecho un buen partido, creo que tuvimos un lapsus al final del tercer cuarto y jugamos mal tanto en ataque como en defensa en el último parcial”.
Los Thunder llegaron a estar hasta 15 puntos arriba en el segundo partido:
“En cuanto los Rockets recortaron distancia, su público se vino arriba, ellos se vieron con posibilidades para ganar y eso es lo que pasó”.
Ahora la serie viaja a Oklahoma City, con Houston adelante 2-0 en la eliminatoria:
“Tenemos que pensar que en los dos partidos en casa podemos aprovechar nosotros el factor cancha, triunfando en los dos encuentros y volviendo a llevar la serie a Houston. Hemos demostrados que podemos ganar y que si hacemos las cosas bien podemos mantener el partido igualado y tener nuestras oportunidades de victoria; y con nuestro público será otra cosa”.
Aunque Álex Abrines tan solo jugó cinco minutos durante el segundo encuentro, Billy Donovan lo puso en la cancha durante la primera parte, cuando los Thunder tuvieron su mejor rendimiento gracias a un Russell Westbrook imparable. El mallorquín se mantiene motivado, pese a no haber anotado y haber fallado el único tiro que intentó:
“Me siento bien, aunque no he estado a mi mejor nivel en estos dos partidos; pero voy a seguir trabajando para estar en forma y disponible por si el entrenador decide contar conmigo en algún momento”.