Las mascotas más feas de la NBA (I)

Hablamos de la parte graciosa de la competicion

Hace unas horas hemos publicado una noticia en la que informábamos sobre la exitosa operación llevada a cabo a al horror  la mascota de New Orleans. Ver las fotos de la misma ha supuesto un trauma del que he tardado en recuperarme dos horas, tres cervezas y el book completo de Kate Upton. Pero como el ser humano es morboso por excelencia me he parado a mirar el accidente, esto es, me he puesto a ver todas las mascotas de la NBA y la verdad es que no entiendo cómo, con los presupuestos que manejan estas franquicias, no contratan de una vez a alguien que haga una mascota que no parezca salir de un centro de rehabilitación tras  haberse refugiado en la droga a causa de la cancelación de Barrio Sésamo. He aquí los mayores horrores:

Bear -Utah Jazz

Si bien esta mascota se ganó nuestra simpatía tras haber provocado una pelea en mitad de un partido con un aficionado de los Rockets, hay que reconocer que el mérito no fue solo suyo y que la dieta seguida por este de esteroides y cervezas ayudó bastante. Cuenta la historia oficial que la mascota (en el Hall of Fame de mascotas desde 2006) nació en Wasacht Mountais, al norte de Utah. Pues no, es mentira. La historia real comienza al final de Star Wars Episodio VI cuando Chewbacca, tras la guerra del bosque de Endor, decidió celebrarlo a base de J&B´s con Coca Cola y, sin saber cómo, acabo despertándose al lado de una Ewok especialmente cariñosa y rechoncha.

Huelga decir que Chewbacca huyó despavorido en el Halcón Milenario soportando las bromas de Han Solo, especialmente hirientes aquellas que hacían referencia a si ella tenía hecha la ingle brasileña o a los problemas de logística que acarrean los casi dos metros de difetencia de altura entre la pareja. Por todo esto nuestro pequeño Bear nació en un hogar des-estructurado  en el que el basket era su única vía de escape. Como la NBA tiene una estúpida norma en la que no permite jugar a miembros de razas por catalogar (lo siento por el hijo de Jason Kidd), tuvo que conformarse con ser mascota. No ganará una pasta, pero es un ejemplo de superación.

 

Slamson – Sacramento Kings

Hace poco supimos que Jason Collins era homosexual y todo el mundo aplaudió su valentía por reconocerlo, lo normal, no es nada fácil salir del armario en un mundo tan heterosexualizado como la NBA y en un país tan religioso como los EEUU. Pero un servidor se indignó porque el bueno de Slamson lleva paseando su orgullo por las canchas de la NBA desde el año 2008, y nadie dijo una palabra. Porque, si es difícil salir del armario en la NBA, rodeado de fieras, más difícil es hacerlo en la selva bajo el mandato del tirano Skar, riete tú de los posibles comentarios de Garnett en comparación con lo que te pueden hacer el resto de leones en la selva cuando te ven lavar y peinar tu melena en el río y comes las gacelas con tenedor.

Así, tras salir en la portada de la revista Hunters Illustrated con los ojos que vemos en la imagen y el titular The Gay Lion tuvo que cruzar el charco y establecerse en la moderna ciudad de Sacramento, donde fue recibido inmediatamente por el alcalde y compensado con su valentía ofreciendole un trabajo. No sabemos que habría pasado si al bueno de Slamson se le ocurre sacarse un billete a San Francisco, podría haber acabado como gobernador. Gran país los EEUU.

 

Hip-Hop – Philadelphia 76ers

Para los que hayan visto «Donnie Darko», esto es lo que le pasa a Frank después de la fiesta. Para los que no la hayais visto, voy a romperos la infancia para siempre, lo siento, pero es así. Si para muchos de vosotros la infancia acabó cuando visteis Hannah Montanna haciendo las oposiciones para pegadora oficial de sellos del reino, es que no sabéis nada.

Mi infancia acabó cuando descubrí la historia de Hip-Hop. Tal vez recordareis con cariño esos Colacaos llenos de vitaminas para afrontar una dura mañana de clase en el instituto. Y si hurgáis en vuestro corazoncito recordareis la serie que veíais durante el desayuno»Arthur». Bien, pues en ella vivió 7 años de éxito nuestra mascota, antes conocida como Buster Baxter  .

Como siempre en estas historias, nuestro amigo Buster Baxter vivió las mieles de la gloria, fama, dinero, mujeres, todo aquello que deseaba lo tenía. Pero las cosas acaban, y es muy difícil pasar de tenerlo todo a no tener nada. Cuando la serie se canceló, nuestro pequeño conejo se pasaba los días entre botellas de Whiskie y pastillas de éxtasis (nunca pudo probar la cocaina a causa de sus pequeñas fosas nasales), arrastrándose de una prueba a otra, en la que siempre lo rechazaban, por su encasillamiento como amigo idiota del protagonista (atención a lo que pueda hacer Milhouse con su vida a partir de ese verano). Hasta que llegó el 9 de Octubre de 2008. Esa noche fue el punto más bajo en la vida de BB.

Tras mezclar varias pastillas con alcochol (la misma dieta que comentamos, seguía el aficionado que se pegó con el bueno de Bear), BB tuvo que ser ingresado en el Hospital, donde le realizaron un lavado de estómago. Las facturas médicas fueron tan altas que tuvo que dejar Los Ángeles para volver a casa de sus padres, en Philadelpphia, donde el padre tenía un negocio de cortar redes con los dientes. Así, tras meses de rehabilitación y de trabajo con su padre, BB decidió abandonar su nombre de estrella y adoptar uno nuevo HH, Hip-Hop. Los contactos de su padre en los 76ers, a los que suministraban redes para las canastas, le proporcionaron un empleo temporal: mascota del equipo. El resto, como suele decirse, es historia.

 

Stuff – Orlando Magic

Es la primera de las mascotas que no tiene una trágica historia personal detrás sino que, atención, agárrense a sus asientos: «¡¡¡¡¡¡Es un disfraz!!!!!!!». Si señores, es un señor disfrazado.

Los Orlando Magic, hartos de su anterior mascota y con la pasta en el bolso tras la marcha de Howard, decidieron que había que hacer algo para que los aficionados viniesen al pabellón. Tras desechar ideas como hacer un concurso de ver quién comía más hamburguesas (Glen Davies los ganó todos), decidieron contratar a un famoso que diseñase su nueva mascota. El error fue contratar para la misión a la leyenda de la NBA: Dennis Rodman. Los resultados están a la vista. Se cuenta por las cercanias del Amway Center que el pobre hombre que va dentro del disfraz está rozando la depresión, a mí; particularmente, no me da ninguna pena: todos sabéis de sobra la sucia estratagema que intentó con Kate Upton hace unas semanas.

 

Sin más comentarios. Habrá segunda parte.

 

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