El entrenador desde 1996 de los San Antonio Spurs, Gregg Popovich nos cuenta sus secretos para mantenerse durante casi dos décadas en la élite y conseguir cuatro anillos durante ese periodo sin haber flaqueado una sola temporada. En una reciente entrevista, el entrenador nacido en Indiana, hijo de padre serbio y madre croata, nos cuenta que no sabe qué decir a sus jugadores en los tiempos muertos después de tantos años, ya que uno de los secretos es llevar tanto tiempo juntos; así ellos ya saben qué es lo que el entrenador desea y qué es lo que tienen que hacer en cada momento
«Todo depende de los jugadores. Yo puedo darles instrucciones, pero ellos toman las decisiones importantes. Yo no puedo tomarlas desde mi asiento. La comunicación entre nosotros genera sinergias psicológicas que nos vienen muy bien. Muchas veces, en los tiempos muertos, me siento y les digo «No tengo nada que deciros». Ellos saben casi siempre lo que necesitan. Los jugadores más competitivos no pueden estar siempre recibiendo órdenes.»
«Yo no puedo coger un rebote, ni ver un hueco, ni dar un gran pase, eso lo hacen ellos, depende de ellos, y saben cómo trabajar, y dónde estar para lograrlo. Yo ayudo al equipo a ganar haciendo cambios y tiempos muertos. La responsabilidad es de los jugadores. Deben asumirla o nunca llegarán arriba»
«Mucho depende del carácter y la competitividad del jugador. La mayoría de las veces apelo a eso. Es algo como, «chicos, no puedo tomar yo todas las decisiones por vosotros. No tengo 14 tiempos muertos. Tenéis que juntaros y hablar. Vosotros podéis ver desajustes que yo no veo. Tenéis que comunicaros constantemente. Hablar, hablar, hablar y hablar entre vosotros sobre lo que sucede en la cancha.»»«Creo que la comunicación es una cosa que realmente ayuda. Genera la sensación de que ellos son los que están al mando. El carácter competitivo de la gente hace que no quieran ser continuamente manipulados por un sólo individuo. Cuando los jugadores se unen y hacen las cosas como grupo es una sensación maravillosa. Cualquier cosa puede conseguirse así.»«A veces en los tiempos muertos digo «no tengo nada para vosotros. ¿Qué queréis que haga?. Ya lo hemos hablado 6 veces. Todo el mundo se queda con la bola. ¿Qué más queréis que haga? Buscar vosotros la solución.» Entonces me levanto y me voy. Porque es verdad. No hay nada más que pueda hacer por ellos. Les puedo dar unos gritos, actuar como un entrenador o lo que sea, pero la cosa depende realmente de ellos.»«Si ellos aguantan la bola y no la pasan, pues ya está, se la quedan y no la pasan. Yo nunca les digo que hagan eso. A lo mejor lo hacen 5 veces seguidas y yo no se lo he dicho, igual que tampoco les he dicho que cojan ese rebote importante. Esto es un juego de los jugadores y son ellos los que tienen que actuar. Cuanto mejor sea uno capaz de darse cuenta de eso, mejor funcionarás y más suavemente será la dirección del equipo.»«Uno puede interferir aquí o allí. Puede preparar jugadas en un partido en un momento concreto o hacer sustituciones, y ese tipo de cosas ayudan al equipo a ganar, pero los jugadores deben hacerse cargo del juego si uno quiere llegar a la cima de la montaña.»