Tal día como hoy hace 26 años en Los Angeles, nacía el hijo de dos emigrantes taiwaneses que perseguían el sueño americano. Lejos de sus mentes quedaba imaginarse donde llegaría su hijo. Les hablamos de Jeremy Lin y sus padres, y sí, hoy es el cumpleaños del primer jugador NBA con origen taiwanés.
Jeremy nació en L.A, se crió en Palo alto, en la Bahía de San Francisco, y sus padres tienen la doble nacionalidad, taiwanesa y estadounidense. Pero se puede decir que Lin, pese a ser un estadounidense de pura cepa, siempre tuvo que pelear con esos orígenes taiwaneses que siempre fueron un handicap para él, tanto en la vida como en el basket.
Precisamente por esas dosis de lucha, mezcladas con un golpe de suerte, consiguieron que Lin fuese un jugador importante en el mundo del baloncesto y ahora Jeremy es considerado por muchos todo un icono, que brilla mucho más que en el mundo de la NBA.
Jeremy Shu-How Lin, que así es su nombre real, es la viva imagen del emigrante que llega al país de las oportunidades, que lucha como ninguno, y que, quizás por el golpe de suerte más maravilloso que algunos hayamos visto en el mundo del baloncesto, consigue destacar y hacerse un nombre entre los grandes jugadores de basket del momento. Por eso, Lin es más que un icono del deporte, un ejemplo para mucha gente que llega persiguiendo su sueño, y desde luego él lo consiguió.
Dejando a un lado los momentos previos a la NBA, donde también tuvo que luchar hasta hacerse un hueco en la Universidad de Harvard, demostrando allí que era un jugador a tener en cuenta. Lin pasó por Warriors, Knicks, Rockets y ahora está en los Lakers. Por el camino tuvo que jugar en dos equipos distintos de la liga de desarrollo, hasta que un buen día, alguien le dio una oportunidad, él se aferró a ese momento y la magia se produjo. Se convirtió en alguien importante y los ojos del resto del mundo jamas le abandonaron desde entonces.
Desde la magia que fue su explosión en Knicks, las criticas se multiplicaron. En un chaval del que nadie esperaba nada, desde entonces todos esperaban de todo. Los peros fueron masivos y él, acostumbrado a los menosprecios, siguió aguantando la presión, esta vez para ir a por más.
Hoy cumple 26 años, solo 26, y Lin ha pasado por muchas fases en la vida, y desde luego también en el deporte: menospreciado, sobrevalorado, injustamente tratado, el caso es que Lin cumple 26 años en su casa de verdad, Los Angeles. Allí volverá a ser más que un icono deportivo, un ejemplo para todos aquellos que buscan sueños y cogen maletas, quizás él no la cogió nunca, pero desde luego ha sido y es el sueño más oriental en la ciudad de los sueños.
Feliz cumpleaños, señor Lin!
祝你生日快樂，林書豪先生 !