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Arrancó la pretemporada para los dos equipos texanos en el AAC de Dallas. El partido venía marcado por la guerra dialéctica en la que se encontraban inmersos tanto el dueño de los Mavericks, Mark Cuban, como el GM de los Rockets, Daryl Morey. Durante el partido solo se pudo ver a Cuban en su lugar habitual dentro del pabellón, la primera fila al lado del banquillo de sus jugadores, mientras que no hubo rastro de Morey.
El ambiente en el que se desenvolvió el partido era todo menos propicio para albergar una gran noche de baloncesto. El partido comenzó con un rápido parcial de 6-0 a favor de los visitantes, el cual fue roto con una espectacular jugada de Monta Ellis que superó hasta a tres defensores para dejar una bonita bandeja a paso cambiado.
El partido se convirtió rápidamente en una vorágine de faltas pitadas por los árbitros a los dos equipos, lo cual no permitía que el espectador disfrutase del juego. La racha más larga de jugadas encadenadas entre los dos equipos sin que los árbitros señalaran ninguna falta fue de 3, y tuvo lugar durante el tercer cuarto. Así, los 17.227 espectadores que lo vieron en directo y los otros tantos que lo veíamos desde nuestras casas, no nos quedó otra que armarnos de paciencia.
El juego se desenvolvió como un partido de pretemporada, tal y como era. Los equipos queriendo poner en práctica lo entrenado durante los días que llevamos de training camp (sobre todo sistemas de juego) y dando minutos a los jugadores que menos oportunidades tendrán a lo largo de la temporada. En resumen, un partido lleno de errores.
Los Rockets, mientras tuvieron en pista a sus dos grandes estrellas, James Harden y Dwight Howard, centraron su juego en acciones individuales y de Pick & Roll entre ellos. Esta poca variedad se hacía, si cabe, más patente cuando entraban en pista la segunda unidad. Entonces, el juego se sucedía en un continuo uno contra uno de sus jugadores, queriendo demostrar a McHale que tienen un hueco dentro de su rotación. Los jugadores que más tiros intentaron por parte de los de Houston fueron Montiejunas y Papanikolau con 11 tiros de campo respectivamente.
Por parte de los Mavs, Carlisle utilizó dos equipos bien diferenciados entre titulares y jugadores de rotación profunda, siendo estos últimos los encargados de intentar aguantar el arreón final de Rockets. Finalmente no fueron capaces de hacerlo y acabaron sucumbiendo. Dejó muy buenas sensaciones en su debut Chandler Parsons y el trío de bases formado por Beverly, Canaan y Smith, que además de dirigir al equipo, intentaron mostrar sus credenciales a Carlisle de cara a hacerse con el puesto de base titular del equipo.
Sin duda alguna, lo más entretenido del partido vino al final, con un marcador muy ajustado, con una alternancia de canastas de Charlie Villanueva (8 puntos en el último cuarto) y Papanikolau (10). El encuentro llegó empatado a 6.4 segundos del final, 108-108, tras un triple de Gal Mekel. En el saque de banda posterior al tiempo muerto solicitado por McHale, Papanikolau y Montiejunas jugaron una situación de Pick & Roll frente a Richard Jefferson y Jae Crowder que se saldó con una falta más que dudosa a 0.2 segundos del final sobre el tiro de 3 del jugador griego, que anotaría los 3 tiros libres para dejar el marcador en el 111-108 final a favor de los visitantes.
Para hacerse una idea de lo tedioso y accidentado del partido, solo hay que ver el número de faltas cometidas por cada uno de los equipos. 45 para los Rockets y 36 para los Mavericks. Los de Houston lanzaron 45 tiros libres a lo largo del partido, mientras que los de Dallas lanzaron 64 (109 tiros libres entre los dos equipos al final del partido). Por su parte, Howard fue expulsado del partido cuando quedaban 6.29 del tercer cuarto al cometer su sexta falta personal.
Los Rockets jugarán su próximo partido de temporada el jueves ante los Grizzlies. Por su parte, los pupilos de Carlisle se verán las caras el próximo viernes frente a los Thunder.
Estadísticas del partido:
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