Analizamos el banquillo de los Rockets

Las bajas de Lin y Asik están bien cubiertas

El año pasado, Houston fue uno de los peores equipos en cuanto a producción de banquillo se refiere, siendo incapaces los suplentes de aguantar la ventajas generadas por los titulares. Por si esto fuera poco, durante el verano el equipo de Tejas dejó escapar a dos pilares de su banquillo como son Jeremy Lin y Omer Asik a cambio de prácticamente nada, en busca del espacio salarial para una tercera estrella que nunca aterrizó.

Muchos expertos vaticinaron que debido a estas salidas los Rockets iban a ser peores que el año pasado, situándolos «ESPN» en sus previsiones como octavos del oeste (el año pasado quedaron cuartos) así como las casas de apuestas de Las Vegas ponían su total de victorias en 49.5, cinco victorias menos que el año pasado.

El draft de Houson parecía darles la razón, ya que su primera elección, Clint Capela, promete un gran futuro pero de momento no se espera que en el presente más inmediato del equipo sea capaz de aportar de manera regular. Sin embargo, ya se vio que desde principios de verano el banquillo de los Rockets estaba infravalorado.

El equipo de la Summer League de los Rockets, liderados por Nick Johnson, Donatas Motiejunas, Isaiah Canaan y Tarik Black, fue capaz de llegar a la final del torneo, perdiendo finalmente ante los Kings. Ya en julio el equipo avisaba que su profundidad de banquillo era más grande de los que la gente pensaba.

Llegó la pre-temporada y esas sensaciones no han hecho más que aumentar, lo que se ha traducido en resultados muy positivos (3-0 e invictos en pre-temporada). Kostas Papanikolaou a pesar de sus limitaciones físicas ha demostrado ser capaz de aportar al equipo tanto en ataque como en defensa. Donatas Motiejunas parece que al fin va a contar en la rotación de Kevin McHale y está cuajando una serie de grandes actuaciones. Tarik Black y Jeff Adrien demuestran que el esfuerzo y la energía son capaces de sobreponerse a las limitaciones físicas. Y por último, la pareja exterior que el año pasado dio muchas victorias a los Rio Grande Valley Vipers, Isaiah Canaan y Troy Daniels.

Isaiah Canaan promedió en su estancia en la liga de desarrollo 21.8 puntos por partido intentando de media 8.7 triples por encuentro, convirtiéndolos con un porcentaje del 37%. Si hay algo que está claro es que Canaan es uno de los mejores tiradores de tres de la liga, lo cual parece encajar perfectamente con el estilo de ataque de los Rockets, el equipo que mayor número de triples intenta por partido. Él fue el principal culpable de que el equipo de la liga de verano llegara a la final, demostrando que merece una oportunidad en el puesto de base suplente.

Su compañero Troy Daniels ya fue capaz de demostrar su valía en los pasados playoffs cuando anotó el triple más importante de su carrera que dio la victoria a los Rockets en la serie ante los Blazers, forzando el sexto partido, valiéndole un contrato garantizado de dos años. Troy es probablemente el mejor tirador de la liga desde la línea de tres puntos, batiendo el año pasado el récord de triples de la D-League. El antiguo récord estaba en  152 triples, y  fue igualado por Troy en tan solo 27 partidos. Finalmente, Daniels estableció el nuevo récord en 240, convirtiéndolos con un increíble porcentaje del 40.1%. Al igual que Canaan, el estilo de los Rockets le viene como anillo al dedo, siendo capaz de dar minutos de calidad al equipo tejano.

Por si esto fuera poco, McHale también tiene opciones de corte más defensivo como son Ish Smith o Nick Johnson, lo que sin duda hace que el ya profundo banquillo de los Rockets pueda ofrecer diferentes alternativas (mayor defensa o mayor ataque) según las necesidades y las situaciones en las que se encuentre el equipo.

Pese a que los Rockets están lejos de tener el mejor banquillo de la NBA, parece que los jóvenes jugadores está más que capacitados para asumir las bajas de Jeremy Lin y Omer Asik con garantías.

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