Los Ángeles Lakers ha comunicado que su base, Steve Nash, será baja toda la temporada 2014/2015 a causa de sus problemas en la espalda. Ambos, jugador y franquicia, han realizado un comunicado conjunto para informar de la mala noticia cuando quedan solo cuatro días para el comienzo de la temporada. En palabras del jugado canadiense, uno de los mejores bases de lo que llevamos de siglo y dos veces MVP de la liga en los Phoenix Suns:
“Estar en la pista ha sido mi prioridad número uno, y es muy decepcionante no poder hacerlo ahora mismo. Trabajo muy duro para estar disponible pero por desgracia mis recientes recaídas hacen que sea muy complicado jugar. Continuaré apoyando a mi equipo durante este periodo de descanso y me centraré en mi salud a largo plazo”.
Por su parte, el elegido por parte de la franquicia para dar la noticia no fue otro que Mitch Kupchak, General Manager de la franquicia angelina:
“Estamos decepcionados por nosotros mismos y por nuestros aficionados, pero aún más por Steve. Sabemos lo duro que ha trabajado estos dos últimos años tratando de preparar su cuerpo para la competición, y lo que quiere jugar, pero por desgracia no ha sido capaz de conseguirlo. Steve ha sido un gran profesional y apreciamos sus esfuerzos”.
Ahora, tras desearle una pronta recuperación, llega el turno del debate sobre si esta será la última campaña de Nash en la liga. No olvidemos que la pasada temporada el base ya se pasó gran parte de la Regular Season lesionado y cuando todo el mundo daba por su puesto que se iba a retirar, salió a la palestra a desmentirlo, afirmando que aún le quedaba un año de contrato y que pensaba cumplirlo.
En este momento,eso sí, las circunstancias son muy distintas: al jugador solo le queda un año de contrato, y su avanzada edad (cuando vuelva contará con 41 años) y sus últimas y numerosas lesiones hacen muy difícil imaginar un escenario donde el jugador se vea dispuesto a pasar por todo lo que significa volver a la competición. Más dífícil aún será encontrar un equipo que se quiera arriesgar a contratar a un jugador de 41 años que, pese a haber sido el mejor base – y jugador – de la liga durante años, se ha perdido dos temporadas casi enteras (el año pasado disputó apenas 15 partidos).
No olvidar tampoco que su última lesión no ha sido forzando su cuerpo en los entrenamientos o compitiendo, solo ha podido disputar tres de los partidos de pre-temporada, sino realizando una actividad física tan común como cargar con unas maletas. En definitiva, que todo apunta a que esta será, por desgracia, la última temporada del que ha sido uno de los grandes símbolos de la NBA a comienzos del siglo XXI y el estandarte de la reforma del reglamento, en busca de un mayor espectáculo en detrimento del contacto físico, que la liga impulsó a comienzos del mismo.