No hay mejor manera de comprobar el nivel de los equipos en la NBA que con duelos directos dentro de la propia División. Así pues, Mavericks y Pelicans disputaban el primero de ellos con diferentes aspiraciones, pero con un mismo objetivo a corto plazo: ganar. Bien porque Dallas ha empezado a mostrar la cabeza como claro favorito, o porque New Orleans sigue creyendo que su sueño de PlayOffs puede ser real, el partido prometía espectáculo, y lo cumplió.
Con un inicio “fallón” por parte de Pelicans, como le sucediese en su primer partido, el equipo comandado por Rick Carlisle se puso muy rápido con una ventaja de diez puntos (20-10), gracias en gran medida al espectacular arranque de Chandler Parsons, Jameer Nelson y Dirk Nowitzki. Dirigidos por el ex jugador de Rockets, el parcial al término del primer cuarto era de 32-26.
El inicio del segundo cuarto, marcado por la entrada en cancha de las segundas unidades, dejó claro a cada equipo con qué puede contar. Por lo que respecta a New Orleans, ni Austin Rivers, Jimmer Fredette o John Salmons están de momento al nivel competitivo óptimo; mientas que por parte de Dallas, J.J. Barea y Brandan Wright mostraban una solidez y profundidad en la rotación que no deja dudas acerca de cuál puede ser su aspiración. Así, cuando se llegó al descanso el resultado era bastante favorable a los tejanos: 66-52.
Pero todavía quedaba partido. Con un arranque de tercer cuarto plagado de imprecisiones y malas selecciones de tiro por parte de ambos equipos, surgió la figura de Tyreke Evans, y gracias a un par de triples y diversas buenas acciones de Pelicans, los de Luisiana consiguieron un parcial de (15-0) que les llevó a ponerse arriba en el marcador.
La ilusión duró poco. Pese al titánico esfuerzo de Anthony Davis, que sigue haciendo números estadísticos “como churros”, la maquinaria de Mavs empezó a funcionar y uno por uno entró en un baile anotador que volvió a congelar las pequeñas expectativas de victoria por parte de New Orleans. Barea, Parsons, Nowitzki, Ellis… Uno tras otro, y con diversas aportaciones, terminaron matando el partido hasta dejarlo en el definitivo 109-104.
Las conclusiones son muy distintas para ambos equipos. Mientras que Dallas sale muy reforzado, y de paso deja claro que son uno de los equipos a batir; Pelicans siembra dudas en cuanto al rendimiento colectivo y la posibilidad de que su banquillo pueda aportar minutos de calidad. Dallas Mavericks, con 6 jugadores anotando 11 puntos o más, impuso ante los 53 puntos y 25 rebotes que sumaron entre Anthony Davis y Tyreke Evans.
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