Ya desde 2012 se introdujo en la NBA la ley Anti-Flooping, para poder combatir a todos aquellos jugadores «poco sinceros», dispuestos a cargar al rival de faltas de forma no demasiado honesta. Para combatir a estos ‘actores’, se decidió implantar sanciones económicas que les hicieran recapacitar antes de ‘tirarse a la piscina’.
Muchos jugadores son ya conocidos por su descaro a la hora de hacer flopping, pero parece que son cada vez más.
El último en apuntarse a esta fea costumbre ha sido Marcus Smart. En el partido de la pasada noche ante Dallas Mavericks, el nuevo jugador de los Celtics protagonizó una de las jugadas polémicas del partido frente a Parsons: Tras recoger un rebote, el alero de Dallas lo aseguró con un movimiento brusco de pivote sobre la pierna izquierda en el que dejó los codos fuera. Smart, que estaba a su lado, aprovechó lo cerca que pasaban de su cara los codos de Parsons en el movimiento de este para fingir que le daba y así tirarse al suelo simulando el golpe.
Sin duda, una burda recreación por parte del jugador Celtic de algo que no pasó y que da una mala imagen suya con respecto al ‘fair play’. Pero no es la primera vez; ya en la universidad Smart era conocido por emplear como recurso esta práctica que, de seguir usando, le causará de seguro problemas en la NBA.
Esperemos que la inexperiencia juegue a su favor y haya aprendido del error. El Orgullo Verde juega limpio.
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