Derrick Rose se ha perdido tres de los últimos cuatro partidos que han disputado los Chicago Bulls, incluido el último esta pasada madrugada que ha acabado con victoria de los de Illinois por 118-115 contra los Philadelphia 76ers.
Rose ha sido siempre el que ha tomado la última decisión para ver si era capaz de jugar en los calentamientos anteriores a cada partido. Pese a que se tacha de «calendario suave» a los últimos partidos que han tenido los Bulls, esto no tiene nada que ver con la estrategia del equipo de reservar a su base estrella.
Tom Thibodeau quiere tener jugando a Rose en el momento en el que sea lo suficientemente seguro, para no lamentar ningún problema físico como en estas dos últimas temporadas.
El viernes se le pregunto a Thibodeau sobre si Rose estaría descartado para el partido del sábado contra los Celtics. El entrenador respondió:
«No, no. Vamos a ver como está y como va. Si él puede jugar, lo hará. Si no puede, no lo hará. Es así de simple. Esta es la única manera para ahorrarnos problemas.»
Desde la oficina de los Bulls tanto el GM, Gar Forman, como el vicepresidente ejecutivo, John Paxson, tienen la esperanza de que Thibodeau mantenga un límite de minutos comprensible tanto para Rose como para Joakim Noah en este inicio de temporada, ya que ambos llevan arrastrando muchos problemas físicos en los últimos años y una sobrecarga podría llevarles a recaídas indeseadas.