El partido de la pasada noche solo tuvo emoción a mediados de cuarto cuarto. Pistons y Lakers, dos de los peores equipos de la NBA actualmente, se enfrentaban en el Palace.
La primera parte del partido fue dominada por el equipo que cometió menos fallos, porque en cuestión de acierto, ambos iban flojos. Josh Smith era el mejor jugador de los Pistons, ya que iba a ritmo de triple doble y se le veía mucho más sensato que en otros partidos. Toda esta ilusión se esfumaría en el tercer cuarto. Por parte de los Lakers, Kobe estaba haciendo un mal partido, con demasiadas pérdidas y fallos. Tan solo brillaba en cuanto buscaba jugadores abiertos en las esquinas o a Jordan Hill en el interior. La defensa de los Pistons se mostraba pasiva, como viene siendo habitual, y el ataque no tenia ideas, y muchas ocasiones acababan en tiros al límite o pérdidas.
El tercero fue el cuarto estándar, en el que el equipo visitante coge una distancia de diez o más puntos y los Pistons no logran acercarse. Kobe anotó la mayoría de sus puntos en ese cuarto, y con la ayuda de Nick Young, un revulsivo desde el banquillo, Wesley Johnson y sobretodo con Jordan Hill consiguieron marcharse en el marcador. Los Pistons parecían encontrarse de nuevo con la rutina, y sus porcentajes llegaron a situarse alrededor del 20% de acierto. Nadie parecía encontrar la forma de acercarse en el marcador, y de ahí, salió la figura del Josh Smith playmaker. El Power Forward, viendo que estaba disputando un buen partido en todos los ámbitos del juego, decidió hacerse con las riendas del partido. De un 6-10 en el segundo cuarto, Smith pasó a tener un 7-17 con 5 pérdidas. En el cuarto cuarto, Van Gundy decidió dar minutos a un jugador de su fondo de banquillo, y esta vez le tocó a Datome. El alero empezó dubitativo, fallando y perdiendo un balón clamoroso. Después se enchufó al partido y protagonizó un par de jugadas de orgullo. Gracias a Jerebko y Augustin, los de la Motown consiguieron ponerse a menos de diez puntos de desventaja, pero el equipo titular de los Lakers impidió la remontada. Los Lakers no necesitaron esforzarse demasiado para ganar el partido, y los Pistons siguen cavando.
El mejor por parte del equipo de Detroit fue Josh Smith, si quitamos su horripilante actuación del tercer cuarto. Lleva ya un par de partido coqueteando con el triple doble, y ayer se quedó a cuatro asistencias de lograrlo. 18 puntos, 10 rebotes y 6 asistencias para él. El quinteto titular de los Piston no tuvo su mejor día ayer. En TC hizo un 17-50, y tres jugadores no llegaron a los 10 puntos. Jennings logró 10 puntos, con un 2-10 en tiros, repartiendo tan sólo 4 asistencias. El banquillo remedió la actuación de los titulares con varios jugadores revulsivo. Butler fue el principal con jugadas de 2+1 y triples con contacto, 13 puntos para él. Augustin, ya desde el banquillo, anotó 13 puntos y repartió 5 asistencias. Datome, que disputó sus primeros minutos, hizo un 3-8, anotando 7 puntos.
Los Pistons siguen en el pozo, y esta es ya su novena derrota consecutiva. Ayer, ante un Palace con colores extraños, ya que parecía que la gente hubiese venido por Kobe y no para ver a los Pistons, los de Detroit se mostraron tal y como son: blandos en defensa e imprevisibles en ataque.Por mucho que Van Gundy se justifique en ruedas de prensa, el equipo sigue dejando mucho que desear. El próximo partido será esta noche en un ambiente de partido histórico. Los Pistons se enfrentan a los Celtics, evocando a épocas pasadas, en las que nombrar a estos dos equipos significaba algo especial. El partido se disputará en el Garden. Por su parte, los Lakers visitan el Verizon Center de Washington esta misma noche, siguiendo su gira por el Este.