Evan Turner, pese a no estar cuajando una mala temporada, está acaparando más titulares por sus declaraciones que por su juego en los Boston Celtics. Si hace una semanas se desmarcaba con unas palabras en las que acusaba a los árbitros que dirigieron el enfrentamiento entre los Orgullosos Verdes y los Atlanta Hawks, y en las que criticaba las aptitudes y actitudes defensivas de Kyle Korver, hoy ha hablado, con mucho sentido del humor – y poca modestia, por qué no decirlo – sobre los abucheos que le regaló anoche la grada de la que fue su casa hasta hace casi un año, Philadelphia.
Tras cuatro años como jugador de los 76ers desde que estos le seleccionaran en 2 posición del «Draft 2010», el alero abandonó la franquicia camino de los Indiana Pacers a cambio de un Danny Granger que tardó menos de un minuto en ser cortado. El paso definitivo de la franquicia de Philadelphia hacia el tanking. Por eso, al tratarse de una decisión de la franquicia, más que del jugador, Turner no entendía a qué venían los abucheos que ayer le dedicó buena parte de la grada durante el partido, por lo que decidió tomárselo con humor cuando le preguntaron sobre esto mismo.
«Antes del partido he firmado como 100.000 autógrafos, he besado un montón de bebés y todas esas cosas. La gente me ha besado la mano y algunas chicas se han desmayado «
«¿Qué ha pasado luego? ¿Se han llevado a toda la buena gente fuera?»
«Al final del día sé lo que es importante para mí, y si a usted le hace feliz gritarme, adelante, hágalo».