Partido de back-to-back para los pupilos de Erik Spoelstra, que además seguían sin contar con Bosh, Granger ni McRoberts. Los Jazz, en cambio, recuperaban después de una ausencia de varios encuentros a Derrick Favors, sin duda un pilar interior para ellos que les ofrece defensa y también capacidad ofensiva.
Empezó el encuentro y el intercambio de canastas en los primeros instantes mostró un marcador igualado. Los de Salt Lake City adquirieron la primera ventaja con el 16-11, pero todavía no había de qué preocuparse en Florida. Sin embargo, un par de triples de Hayward provocaron que los Jazz fueran distanciándose más y más en el marcador hasta el 33-16 con el que se llegó al final del primer cuarto.
Las alarmas ya estaban encendidas en Miami porque ya no eran solamente los problemas defensivos mencionados, sino que ahora tampoco había un ataque fluido con el que contrarrestar los errores cometidos atrás. Así, en el arranque del segundo las diferencias se mantuvieron entorno a esos 15 puntos de ventaja para los de Utah. Wade parecía ser el único con hambre de victoria en los locales, pero todos y cada uno de sus esfuerzos eran contrarrestados por el buen hacer de Hayward desde la media y larga distancia. Las diferencias siguieron oscilando los 10-15 puntos durante todo el período, y se llegó al descanso con 55-41. Como curiosidad, Trevor Booker fue expulsado por dos técnicas consecutivas a pocos segundos del final, ya que se quejó reiteradamente de una falta que consideraba que no había cometido.
Wade ya llevaba para entonces 23 puntos (más de la mitad de su equipo), y el único que también aportaba en el boxscore era Chris Andersen con 6 puntos y 4 rebotes. Por parte de los Jazz la respuesta venía en forma de equipo, ya que destacaban Hayward (18 puntos, 3 rebotes y 4 asistencias), Kanter (8 puntos) y tanto Burke como Hood llevaban 6 puntos anotados.
En la reanudación pareció que los Heat querían ir a por el partido, bajando de la barrera psicológica de los 10 puntos de diferencia en algunos momentos, pero siempre que sucedía los visitantes reaccionaban a tiempo y endosaban parciales de 5 o 6 puntos para volver a poner las cosas en su sitio. Al final, pese al esfuerzo de Wade y la segunda unidad, los Jazz se habían distanciado aún más en el luminoso, que mostraba un contundente 77-59. Quedaba poco que decir a estas alturas del encuentro; un jugador no puede vencer a un equipo y eso es lo que estaba sucediendo en el American Airlines Arena de Miami. Wade se esforzaba todo lo posible y más, pero entre Hayward, Favors, Kanter y compañía hacían que sus constantes envites no sirvieran de nada.
El último cuarto fue un quiero y no puedo, primero de la segunda unidad de los Heat y después de Wade en particular. Cada canasta, rebote o acción en general era correspondida por otra en la canasta contraria. Los Jazz supieron manejar la ventaja a la perfección y los locales no pudieron acercarse a más de una docena de puntos de distancia. Pasaban los minutos y las acciones de los Heat pasaron a ser las acciones de Wade, que anotaba absolutamente de todas las formas posibles dando un clínic de baloncesto ofensivo, pero los Jazz siempre anotaban en el ataque siguiente, por lo que las diferencias se mantuvieron hasta el pitido final. Así pues, el marcador final mostró un 105-87 en favor de los Utah Jazz, que se llevan una victoria totalmente merecida en un partido que dominaron de principio a fin.
Los jugadores más destacados de los Heat fueron Dwyane Wade con 42 puntos; Mario Chalmers con 11 puntos; y Chris Andersen con 9 rebotes. En los Jazz los hombres más determinantes fueron Gordon Hayward con 29p-6r-7a; Enes Kanter con 18p-6r; Alec Burks con 12p; Derrick Favors con 11p-6r y Dante Exum con 10p.
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