Los Celtics venían de cerrar el año 2014 con una de sus mejores actuaciones colectivas, pasándose la pelota de manera excelente, con una defensa férrea y con un contragolpe arrollador, pero esta noche nada de eso se vio en cancha, salvo por un momento del cuarto final.
Todos se preguntaban cómo iba a afectar a Rajon Rondo su vuelta a Beantown, si afectaría su juego si las emociones le llevaban una mala pasada, si el hecho de volver tan pronto lo iba a sacar de juego: nada de eso ocurrió, el número 9 saltó a la cancha como si estuviese jugando un séptimo partido de playoffs y en la cara del mismísimo Danny Ainge hizo un partido demoledor en todos los aspectos del juego (29 puntos, 6 rebotes 5 asistencias) y controlando los ritmos a su antojo.
De entrada el ex-capitán celtic se hizo cargo del ataque de los Mavs y convirtió los primeros 10 pts de su equipo incluyendo 2 triples y sin fallo en el tiro. Por el lado de Boston: muchas pérdidas y errores no forzados, que fueron capitalizados por los visitantes con un Parsons y un Ellis enchufados desde el perímetro el primero y con las penetraciones el segundo. El primer cuarto se cerró con una ventaja que sería definitiva para todo el partido 31 a 17.
En los segundos 12 minutos la película parecía repetirse, los Celtics no encontraron los caminos y no aprovecharon a Zeller que estaba haciendo daño debajo del aro pero no se lo buscó como correspondía y se abusó del tiro exterior con unos porcentajes paupérrimos. Del lado visitante se cargó el rebote ofensivo con insistencia ante la pasividad del local en los tableros, esto le dio segundas oportunidades que no desaprovechó ni Nowitzky ni Ellis.
Promediando el cuarto hubo un intento de reacción por parte de los Celtics pero fue dilapidada en los últimos tres minutos tras la salida de Turner por acumulación de faltas. El cierre del primer tiempo fue 59 a 46 en favor de los Mavericks.
El segundo tiempo fue más de los mismo, Rondo siguió comandando para lastimar a los locales desde todos lados (5-7 en triples 12-19 de cancha), aunque contó con ayuda gracias a una pasividad defensiva de los dirigidos por Stevens que rayo lo vergonzoso durante el tercer cuarto.
Tanto Chandler como los jugadores exteriores de Dallas se cansaron de agarrar rebotes ofensivos y encontrar el aro una y otra vez ante la mirada de los jugadores verdes (de gris esta noche). Aprovechando las deficiencias defensivas y el paupérrimo ataque de los de Masachussetts, los de Carlise terminaron el cuarto ganándolo 33 a 18.
Los últimos doce minutos fueron muy distintos en actitud para los locales, Smart, Bradley y Crowder junto con Zeller le cambiaron la cara a al equipo, hasta lograr volver a meterse en partido (doce puntos a falta de 7 minutos) gracias a una defensa fuerte y a un Bradley encendido que convirtió desde todas las posiciones (22 puntos). Pero cuando parecía que Boston iba por la heroica apareció Rondo para poner las cosas nuevamente en su lugar y terminar de liquidar el partido.
Fue victoria de los Dallas Mavericks por 119 a 101 con un partido descomunal de Rajon Rondo en su primer partido contra su ex-equipo.
Ni si quiera el vídeo tributo que le brindaron en el descanso entre el primer y el segundo cuarto pudo aplacar al base que se despachó con su mejor partido desde su lesión en 2011: 29 puntos 6 rebotes y 5 asistencias.
Los de Marc Cuban se posicionan como un equipo con aspiraciones que tendrá que incorporar algún jugador más para su segunda unidad pero que es de temer en ofensiva.
Por el lado de los Celtics se sigue navegando en la irregularidad y no se encuentran los caminos y para colmo su antiguo referente les clavo un puñal en el corazón que dejó lleno de dudas a todo el mundo en el TD Garden… la cara de Danny Ainge en la tribuna lo decía todo.