Dos semanas exactas, eso es lo que ha tardado Rajon Rondo en volver a la que ha sido – y será siempre – su casa durante las nueve temporadas que jugó en la NBA desde que los Phoenixs Suns le eligieran en la 21º posición del «Draft 2006«, para, inmediatamente después, traspasarlo a los Boston Celtics.
La relación entre el jugador y la franquicia acabaría el pasado 19 de Diciembre, cuando el General Manager de los Orgullosos Verdes, Danny Ainge, decidió lanzarse definitivamente al proceso de reconstrucción iniciado el verano pasado con los traspasos de Paul Pierce y Kevin Garnett, y traspasarlo a los Dallas Mavericks a cambio de futuras rondas del draft y tres jugadores, Jameer Nelson, Brandan Wright y Jae Crowder.
Sobre esta emotiva vuelta, tan poco tiempo después del trauma del que ni los aficionados ni el jugador – al menos los aficionados – nos hemos recuperado aún, fue inquirido ayer en la ESPN. El jugador no pudo ser más sincero:
“Va a ser un partido muy especial y con muchas emociones. Espero no estar demasiado sensible e intentaré no llorar”, explicó el base para los periodistas de la ESPN. “Los Celtics me dieron una gran oportunidad para jugar en una de las mejores organizaciones de la historia del deporte”. Rondo, además aprovechó para ensalzar la labor de los aficionados de Boston, casi como una parte más del equipo en sí mismo. “Son fans de verdad. Siembre venían a los partidos y animaban aunque perdiésemos muchos partidos seguidos. Están siempre apoyando a los Celtics, durante toda su vida”.
El partido será esta noche a la 1:30 hora española. Ya saben, cojan sus cleenex, su camiseta con el ya mítico dorsal #9, y llévenlo como mejor puedan.