¿Todo jugador que no aporta en la box score es inutil? Si piensas eso, no estás en lo cierto.
Los Celtics de esta temporada se han caracterizado sobre todo por su juventud. El equipo capitaneado por el joven Brad Stevens no ha confirmado los rumores de desastre que circulaban por las redes sociales y prensa durante le principio de temporada. Es más, el equipo lucha por entrar en los PlayOffs de la débil conferéncia Este. La clave del buen funcionamiento del equipo no son tan solo las piernas frescas y el desparpajo juvenil de los Sullinger, Smart o Bradley. La veteranía es un grado, y muy importante en este conjunto verde. El encargado de tutorear al equipo dentro y fujera de la pista es Gerald Wallace, o «Uncle G», cómo le han apodado. Sullinger explica el porqué del mote:
«Le llamamos Uncle G porque es uno de esos tíos de la vieja escuela. Es de los que van al parque y hablan con sus compañeros de lo que solían hacer cuando eran jóvenes, y de cómo iban las cosas entonces.»
Avery Bradley también tiene al veterano jugador como un referente al que buscar con la mirada en busca de ayuda. Además, se ha atrevido a compararle con un antiguo jugador de Boston, conocido por su rostro serio y de poco amigos, Kendrick Perkins.
«Cuando la directiva traspasó a Perk, Garnett casi se vino abajo. Dijo que era cómo si perdiese a un familiar. Wallace es lo mismo para nosotros. Cuando está en la pista, es tremendamente serio, pero fuera de ella, es un gran tipo.»
Evan Turner también tuvo palabras para el alero. Recuerda cómo a principios de temporada comparó a James Young con un loro:
«Algunos de nosotros tenemos sentimientos, ¿sabes? (sonríe). Él es de la vieja escuela. Su cabeza está configurada para pensar como se hacía antes, como Chris webber o Charles Oakley. He oído que no eran muy simpáticos.»
La complicidad con el equipo es esencial, y tener una buena relación es imprescindible. Wallace tiene un ritual al empezar los partidos: Se para en el centro del campo y el quinteto titular se pone en fila. Entonces, el alero los va abrazando uno a uno y los va motivando. Bradley dice de este ritual:
«Desde que estoy aquí lo hace, así es él.»