La franquicia de Ohio se encuentra en un momento de la temporada muy dulce para ellos, no solo por mantenerse en el segundo lugar de la Conferencia Este , sino también porque su rendimiento no deja de ascender y eso hace que sus expectativas de cara a los playoffs sean altas. Pero no todo fue un camino de rosas para los Cavalliers, puesto que su sistema de juego y sobre todo la «convivencia» de sus figuras tuvieron momentos de muchas dudas tanto para los fans y los medios especializados.
Una de sus estrellas, el base all star Kyrie Irving, reconoció hace poco que luego de una derrota ante los Utah Jazz a comienzos de temporada, tuvo una charla con LeBron James, en la cual este le «sugirió» que no podía pasar otro juego sin que logre siquiera una asistencia, mas allá de que en esa jornada el base haya anotado 34 puntos.
Los medios de prensa y los expertos de este deporte fueron y aún son críticos en cuanto a que el base de la franquicia debe mejorar sus asistencias por juego y no ser tan individualista. Lo cierto es que Irving desde aquel día si bien no aumentó de forma notable su promedio de asistencias, el cual roza las 5 por partido, si logró darle mayor fluidez al juego en ofensiva y a la circulación de balón, mejorando de esa forma la cantidad de posesiones por juego del equipo.
Al parecer, esa charla que confesó Irving haber tenido con James, mejoró la convivencia y relación de ambos dentro del campo de juego, pues basta solo con ver las actuaciones del equipo en los últimos dos meses para comprobarlo. Se combinan de todas las formas posibles y el abanico de jugadas para anotación es muy diverso y a la vez efectivo. Habrá habido algún que otro desacuerdo o intercambio de opiniones entre los astros, sin embargo eso sirvió para fortalecer la química de equipo, y los Cavs teniendo a Kyrie y LeBron en una feliz convivencia deportiva están preparados para llegar bien lejos en estos próximos playoffs.