España se lo toma con calma ante Polonia

España 71-64 Polonia

El combinado dirigido por Sergio Scariolo llegaba a Santander con la obligación de mitigar las dudas sembradas en el choque ante Bélgica el pasado martes, que se saldó con un ajustado triunfo español por 67-64 ante la débil selección de Bélgica. El rival, Polonia, de nivel semejante al conjunto belga y con el portentoso interior Marcin Gortat como única pieza reconocible, invitaba al optimismo.

El partido comenzó tedioso, con una España espesa que sigue sin encontrar su mantra y un combinado polaco en el que imperaban también las imprecisiones en el tiro, con dificultades para penalizar las facilidades que ofrecía la escuadra local. No fluía el juego de un equipo español que se nutría de la amplia diferencia cualitativa para ir en ventaja desde un principio, aunque sin mostrar el mínimo atisbo de mejoría con respecto a la cita de Gijón; los partidos preparatorios, dicen, sirven para ensamblar piezas y afianzar mecanismos, tareas aún pendientes para una España que se muestra endeble, dejándose llevar con asiduidad por las corrientes que va presentando el contencioso, falta de autoridad y contundencia aún contra selecciones netamente inferiores como Polonia y Bélgica. Así pues, sin ningún jugador que diera lustre al tedioso espectáculo, finalizaban los dos primeros cuartos con un resultado de 35-28.

Iba a comenzar más intenso el equipo de Scariolo, decidido a clavar el colmillo en la yugular polaca y potenciado por un excelso Rudy Fernández, atinado en la ejecución y fulgurante en la arrancada, animando al público santanderino y arrastrando consigo al resto del colectivo español, que solo precisa de la conexión de un par de jugadores para establecer paréntesis de buen baloncesto. Se llegó a marchar por más de 10 puntos España mediado el tercer  período, momento en el que se retiró el alero balear y se volvió a proyectar un juego sin continuidad, con agujeros en el tejido defensivo y permanente indecisión en ataque, lo que permitió a Gortat y compañía reducir hasta los 7 puntos la diferencia al término del penúltimo asalto.

Volvió sin embargo a marcharse España al inicio del último cuarto, de la mano de gran parte de la segunda unidad y Nikola Mirotic, que asomó  la cabeza en las instancias finales con un par de triples que certificaron el triunfo español por 71-64. Discreta actuación la del balcánico, al igual que la de un Gasol inoperante; tampoco floreció una buena versión de Sergio Rodriguez, errático en las entregas y prácticamente inédito en la anotación, ni la de Llull, igualmente desaparecido ayer.

Y es que España gana, sí; pero ni carbura ni convence.

 

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