Primer partido de la temporada ‘15 – ‘16 para Los Angeles Lakers y Minnesota Timberwolves, y por extensión del Staples Center más púrpura. Encuentro marcado por decisiones de banquillo, Byron Scott no estuvo acertado, y por la actuación en estado de gracia de un jugador, Ricky Rubio, que conseguiría llevar a los suyos a una remontada casi imposible.
Encuentro marcado por mil y una novedades entre Lakers y Wolves, dos equipos en clara reconstrucción, con caras nuevas y alguna que otra vuelta, que tanto unos como otros formarán parte importante de los dos conjuntos en esta temporada. En cuanto a los nuevos nombres, Nº 1, Karl-Anthony Towns, y Nº 2, D’Angelo Russell, del Draft 2015, estaban en el parket. En cuanto a los viejos nombres, hoy Kobe Bryant y Ricky Rubio, tras pasar duras lesiones los últimos años volvían con los suyos.
Si todo esto no fuese suficiente novedad, el partido ya tenía su complicación emocional, y es que era el primer encuentro tras la muerte de Flip Saunders, ex entrenador del equipo visitante. Hubo momento para el recuerdo, hubo vídeo emotivo, hubo minuto de silencio, en fin, Flip, la NBA y sus seguidores no te olvidan.
Metidos en harina, el partido de esta noche fue realmente extraño, un encuentro marcado por el dominio de Los Angeles Lakers durante buena parte del mismo, con importantes diferencias en el marcador, pero que los púrpuras no supieron cerrar cuando fue necesario.
Así pudimos ver un inicio de partido donde los Wolves parecieron entrar extra motivados, siempre desde la batuta de Ricky Rubio, e impusieron las primeras diferencias con un 10-17 de parcial. Los locales no encontraban el acierto de sus estrellas, Kobe Bryant y Julius Randle, y tocaba mover piezas.
Así fue como llegaría a la pista la dupla Nick Young y Lou Williams, que junto con la intensidad y fortaleza de Jordan Clarkson, darían la vuelta al marcador, hasta un 31-22, de final de primer cuarto, que demostraba el potencial ofensivo de los chicos del Staples Center más dorado.
En el segundo cuarto las diferencias fueron a más, Lakers desplegaron todo su potencial en ataque, esta vez con Kobe Bryant también acertado, y los púrpuras irían dejando algunos parciales dignos de ser preocupantes para el banquillo visitante. Lakers llegarían a una diferencia máxima de +17. Todo ello sucedía en el transcurrir del segundo y tercer cuarto, sin poder ser frenado por unos Timberwolves los cuales ya parecían tener suficiente con el recuerdo del viejo Flip.
Fue entonces, cuando la confianza del que se sabe, o se supone, superior llegó al Staples Center, las grandes diferencias dieron paso a la comodidad, y a probar cosas nuevas, y fue aquí, en esas cosas nuevas, en forma de rotaciones, donde Lakers fue cavando su propia tumba en el partido de ayer.
Los de Minessota fueron aprovechando sus oportunidades de la mano de un gran Ricky Rubio, con la ayuda del eficiente tiro exterior de Kevin Martin, y por el desparpajo del chico nuevo en la oficina, un Karl-Anthony Towns, que fue su hombre importante en la zona.
Los Timberwolves conseguían así, ir reduciendo diferencias a la velocidad del rayo, ante los chicos de Byron Scott, que no daban crédito a lo que estaba sucediendo, en lo que parecía una noche placida para ellos. Así, los de Minnesota se ponían por delante, con el 97 -99, y no volverían ir perdiendo en el partido.
El shock fue tan grande para los locales, que no hubo reacción, y los Wolves acabaron con un mortífero 102-111 en el marcador. Y ahí, con unos Lakers desahuciados, a dos minutos para el final, cogería protagonismo, un hombre, Lou Williams, mejor sexto hombre de la temporada pasada, para coger la batuta y llevar a los suyos en un parcial de 9-1.
Los púrpuras volvían estar a una canasta de la victoria, canasta que fallaría en penetración, el propio Lou Williams, tras varias decisiones de su entrenador, Byron Scott, más que discutibles, que llevaría a los suyos a perder un partido que parecía imperdible.
Los Timberwolves conseguían así ganar un partido con el que no contaron durante muchas fases del partido, y Lakers se llevan un severo correctivo por su juego a ser lo que todavía no son.
JUGADORES CLAVE:
Ricky Rubio (Minessota Timberwolves): El gran líder de su equipo, sin sus grandes números, 28 Pts, 2 Reb, 14 Ast, 1 robo, y su capacidad de liderazgo en las peores fases del partido, para los suyos, esta remontada no pudiese haber ocurrido.
Kevin Martin (Minessota Timberwolves): Referencia exterior de primer nivel para los visitantes, Martin se iría a los 23 pts, y pese al desacierto desde la línea de tres, 0-5, se iría uno de los hombres importantes del partido, por su productividad de cara al aro rival.
Karl-Anthony Towns (Minessota Timberwolves): El Nº 1 del Draft 2015 dejó claro, desde el inicio, que no ha llegado de paseo a la liga, delante de un jugador experimentado como Roy Hibbert, y de un Julius Randle en continuo crecimiento, demostró con su trabajo y sus números que esta aquí para quedarse. 14 pts 12 rbts.
Kobe Bryant (Los Angeles Lakers): La Mamba Negra conseguía en este partido la mayor anotación de un jugador en la NBA con al menos 20 temporadas en su haber. Se iría a los 24 pts en 29 minutos, aunque, como él confirmó después del partido, aún le falta para estar en su mejor versión. Pese a la derrota, noche histórica para él.
Lou Williams (Los Angeles Lakers): El mejor sexto hombre de la pasada campaña demostró, en este su primer partido como púrpura, que será un jugador importante para los suyos, firmaría 21 pts 3 rbts, y lideraría la remontada final, aunque estéril, de los locales.
Julius Randle (Los Angeles Lakers): Había serias dudas de lo que podría ofrecer Randle a su equipo, estas dudas se disiparon en la pretemporada actual, y se confirmaron en la noche de hoy. Randle firmaba 15 pts 11 rbts 2 asts, dejando muestras de su enorme talento, y sobretodo, de su fortaleza física. Todo un diamante en bruto para sus Lakers.