Minnesota Timberwolves iniciaba la temporada en casa ante Portland Trail Blazers, y lo hacía con un emotivo homenaje al fallecdo Flip Saunders con el que, os lo confesaré, un servidor soltó alguna lagrima, Pero, tal y como él lo habría querido, esto no era motivo de tristeza o dolor, sino de lucha y superación. Así, los Timberwolves llevaban un sorprendente 2-0 en su balance de temporada, y no había mejor forma de iniciar la regular season en casa que con otra victoria que poder dedicarle. Los Blazers, en cambio, llegaban con malas sensaciones y buscaban recuperar la senda de la victoria tras dos derrotas consecutivas.
Tras un buen inicio de los locales, que marcaron un parcial de 8-1, la diferencia se estabilizó en esos 5-7 puntos durante buena parte del cuarto, con Karl-Anthony Towns en el inicio y Kevin Martin posteriormente comandando la nave de los Wolves, y con Damian Lillard haciendo lo propio con los suyos – y más tras las dos faltas rápidas de CJ McCollum -. Sin embargo, en los 3 últimos minutos los Wolves volvieron dar otro estirón al luminoso aprovechando su superioridad desde el banquillo, y terminaron el cuarto mandando por 21-34.
En el inicio del segundo, con las segundas unidades en pista, la diferencia se mantuvo alrededor de la decena en todo momento. Un sorprendente Al-Farouq Aminu había suplido con garantías a Damian Lillard, mientras que Muhammad, Dieng y compañía habían hecho un gran trabajo en equipo.Sin embargo, Lillard está un paso más allá que el resto, y con su vuelta los Blazers empataron el marcador a falta de 30 segundos, con una sola posesión por jugar. Los Wolves no la convirtieron, y el marcador en la media parte mostraba un empate a 53.
La vuelta de vestuarios trajo consigo más acierto de los Blazers, que seguían con la racha con la que habían finalizado el segundo período, y con ese parcial, que se extendía al 14-0, se marchaban ligeramente en el marcador. Sin embargo, los locales supieron reaccionar a tiempo y, pese a que el marcador final del período fue de 83-80 desfavorable a sus intereses, con un Lillard tan en racha y un juego ofensivo más bien trabado por su parte, no permitieron que el partido se les pusiera más cuesta arriba de lo que ya lo estaba.
Las imprecisiones se sucedieron en el inicio del cuarto definitivo, y ninguno de los dos equipos parecía querer o poder cerrar el encuentro definitivamente. Sin embargo, los Blazers siempre llevaban la iniciativa, y cuando todo indicaba que esas pequeñas ventajas serían definitivas ya que faltaba poco más de un minuto para el final, un par de robos y jugadas rápidas de los locales – pese a que hubo varias polémicas decisiones arbitrales en su contra, algunas de las cuales necesitaron de repetición y aun así no quedaron del todo claras – les permitieron colocarse a 3 puntos faltando 10 segundos, y con posesión de balón. Al final, Allen Crabbe consiguió el robo definitivo en el intento de triple de Kevin Martin y el partido finalizó con 106-101.
El mejor del encuentro fue Damian Lillard, con 34 puntos y 7 asistencias. A él le acompañaron en los vencedores CJ McCollum, con 18 tantos y 6 rebotes, y Al-Farouq Aminu, con 17 puntos y 9 capturas de balón. En los derrotados Timberwolves destacó Kevin Martin con 24 puntos desde el banquillo, Ricky rozó el triple-doble con 12 puntos, 9 rebotes y 9 asistencias, mientras que Wiggins con 16 puntos, Dieng con 12 y Towns con 11 también ayudaron al equipo.