All the best from tonight’s big win Brooklyn » https://t.co/7mBUEy89Kp pic.twitter.com/qa9aaj7xF6
— Golden St. Warriors (@warriors) diciembre 7, 2015
Los Warriors visitaron el Barclays Center de Brooklyn dispuestos a aclarar que lo sucedido el pasado 14 de noviembre fue sólo un accidente, y se llevaron un claro triunfo de tierras neoyorquinas, venciendo a los Nets por 114-98.
A pesar de lo amplio del marcador, los hombres de Luke Walton necesitaron de la magia de su ángel de la guarda, Steph Curry, para solventar unos momentos complicados al final del tercer cuarto, cuando los Nets llegaron a tener hasta 5 puntos de ventaja.
El base de los Warriors sumó una nueva exhibición, algo ya rutinario para él, consiguiendo 28 tantos con una serie de 5 de 9 desde el triple. Estuvo secundado por un ultra-eficiente Draymond Green, que coqueteó con el triple-doble al sumar 22 puntos (7 de 10 en tiro), 9 rebotes y 7 asistencias. En un tercer plano se situó Klay Thompson, que aportó 21 puntos. Desde el banco, destacar la ayuda de Festus Ezeli, autor de 12 puntos, 5 rebotes y 4 tapones, y Leandro Barbosa, que anotó los tres triples que intentó para culminar con 11 tantos.
En los Nets, el más destacado fue sin duda Thaddeus Young, con una soberbia actuación que culminó con 25 puntos y 14 rebotes. Estuvo muy sólo el ala-pívot de Brooklyn, que sólo contó con la ayuda de Lopez, 18 puntos y 8 rebotes, y el efervescente Larkin, que ayudó con 13 puntos, 6 asistencias y 4 robos.
Los locales contaban con las bajas de Sergey Karasev, Andrea Bargnani y Rondae Hollis-Jefferson, siendo la de este último la más preocupante. Se pudo ver al alero con bota protectora y con muletas, tras su torcedura de tobillo en el entrenamiento de ayer, cosa que hace pensar que el esguince es más grave de lo que inicialmente se planteaba. Por parte visitante,Golden State contaba de nuevo con la baja de Harrison Barnes, también aquejado de un esguince en su tobillo izquierdo.
Los Warriors comenzaron el partido muy entonados, con Klay Thompson (12 puntos en este cuarto) liderando la ofensiva y situando un 9-0 en el marcador. Hollins paró el partido con la esperanza de frenar la sangría, pero los hombres de Walton siguieron a los suyo, ampliando las distancias hasta un sonrojante 25-8 en el minuto 9. Los Nets estaban colapsados en defensa, lo que se traducía también en pocas ideas ofensivas. No fue hasta la salida de su segunda unidad, con Larkin al frente, que los Nets comenzaron a encontrar algo de criterio, consiguiendo cerrar el primer periodo con «sólo» 14 puntos de desventaja, 30-16.
La dinámica ascendente de Brooklyn tuvo continuidad en el segundo cuarto, con Larkin en la dirección y Markel Brown aportando energía en ambos lados de la pista. Los Nets recortaron distancias, poco a poco pero de manera continuada, situando la diferencia por debajo de los dobles dígitos, 41-32 en el minuto 19. Ahí apareció la navaja suiza de los Warriors, Draymond Green, para templar los ánimos locales y dar la alternativa a los Splash Brothers, que anotaron 10 puntos (5 por perilla) casi consecutivos para volver a restaurar los 15 puntos de ventaja visitantes, 57-42 en el minuto 22.
Pero entonces ocurrió lo inimaginable, los Nets revolucionaron el partido. Hollins situó en pista un sorprendente quinteto de bajitos, con Thad Young como pívot, que consiguió apretar tuercas en defensa y correr en ataque para completar un parcial de 0-12 en 90 segundos locos de juego. El partido llegaba al descanso con un extraño 57-54, favorable a Warriors.
En la reanudación, los Nets se encomendaron a un estratosférico Thad Young, que parecía poseído por el espíritu de Chamberlain. El ala-pívot de Brooklyn anotó 8 puntos en los 5 primeros minutos del tercer cuarto, dando la vuelta al luminoso y situando una ventaja local de 5 puntos, 68-63 en el minuto 29. Los Warriors parecían aturdidos, pero encontraron la respuesta en el de siempre: Steph «Chef» Curry. El base anotó 13 puntos de ahí al final de cuarto (completando así los 28 tantos que anotaría en el encuentro), devolviendo el mando en el marcador a los suyos y tirando por tierra todo el esfuerzo de los hombres de Hollins con una facilidad aplastante. 87-80 tras 36 minutos de juego.
El golpe moral fue demasiado duro para los Nets, que no pudieron volver a coger el rebufo de los visitantes. No se puede decir que no lo intentaran, pero la segunda unidad de Warriors, con Speights y Barbosa al frente, anularon el esfuerzo visitante, que se mantenía a 7 puntos en el minuto 39, 96-89. Ahí acabó la resistencia. Los Warriors encadenaron un parcial de 13-0, que convirtió en puro trámite los minutos finales.
«Es una de nuestras mayores fortalezas», dijo Luke Walton al finalizar el encuentro (via NBA.com). «Nunca estamos fuera del partido, y siempre estamos a una pequeña racha de finiquitar el partido.»
Por su parte, el entrenador de los Nets alababa la actuación de Curry.
«Esto es lo que hacen los grandes jugadores«, dijo Hollins. «Tienen un gran equipo. Él (Curry) no tiene que salir ahí fuera y hacerlo todo. Anoche anotó 44, la otra noche en Charlotte, 43. Cuando tiene que hacerlo, puede hacerlo, pero cuando no lo necesita, es capaz de dejar que otros hombres tiren del carro«
Con esta victoria, los Warriors igualan otro récord histórico en la NBA, con 12 victorias consecutivas a domicilio para comenzar la temporada. Hasta ahora, sólo los Knicks de la temporada 69-70 lo habían conseguido.
Los de Oakland jugarán su próximo partido visitando la complicada pista de Indiana Pacers. Será el próximo martes. Por su parte, los Nets recibirán el mismo día a Houston Rockets en el Barclays Center.