En Seattle, muchos de los fans siguen al ver cómo su equipo NBA fue comprado y trasladado a un mercado menor. Ellos se sienten menospreciados por unos dueños insensibles, por unos políticos locales cortos de miras y por una liga feliz por expandir mercado a costa de ignorar sus sentimientos. Entre esta legión de fans enfadados encontramos a Jamal Crawford.
El alero de los Clippers y reconocido mejor sexto hombre en varias ocasiones, escribió un ensayo para “The Cauldron” de Sports Illustrated hablando de cómo la ciudad de Seattle aun echa de menos un equipo… y de cómo él quería jugar allí.
«Cuando los Oklahoma City Thunder jugaron las finales de la NBA en 2012 frente a los Heat de Miami, yo animaba fervientemente a los de Miami. No tenía nada que ver con los Heat. Tenía todo que ver con cuanto escocía ver al equipo de mi ciudad natal, los Seattle SuperSonics, en las finales de la NBA representando a otra ciudad».
«Desde entonces, he establecido una fuerte amistad con Kevin Durant, así que ahora yo lo animo a él para que triunfe– excepto cuando juega contra mis Clippers, por supuesto-. Pero en aquel entonces, el dolor por la pérdida de los Sonics era reciente y no pude evitar sentir un profundo desprecio por la franquicia de los Thunder. Puedo decir que la mayoría de los fans de Seattle aún se sienten así…»
«Yo jugaba en los Knicks en 2008 cuando el traslado de Seattle a Oklahoma City se hizo oficial. Recuerdo sentir una incredulidad total. Por supuesto, había habido rumores de que el dueño podía vender el equipo si no le daban un nuevo pabellón, pero nunca pensé que podría suceder realmente. Los fans en Seattle eran muy apasionados y leales, y el equipo había estado en las finales de la NBA en 1996″.
«Me di cuenta inmediatamente de que ya había jugado mi último partido como profesional en la ciudad de Seattle. Fue un momento muy emotivo, sobre todo cuando caí en que nunca tendría la oportunidad de vestir la camiseta de los Sonics. Había dado por sentado que jugar para la franquicia era mi destino. En ese punto de mi carrera, nunca había experimentado la agencia libre. No tengo ninguna duda de que yo habría firmado con Seattle si no hubiesen trasladado al equipo, pero parece que, una vez más, eso no estaba destinado a suceder».
Nadie puede hablar por todo el mundo, pero los sentimientos que expresa Crawford son los de muchos aficionados que siguen anhelando la vuelta de los Sonics.
La mayor parte del artículo es una petición para que algún equipo vuelva a Seattle. Estuvo a punto de suceder cuando los Maloof vendieron los Kings, pero Adam Silver le concedió una oportunidad al alcalde de Sacramento, Kevin Johnson, de mantener el equipo en la ciudad, lo que acabó haciendo. El comisionado, así como la mayoría de los propietarios, se muestran reticentes a los traslados de los equipos. No parece probable que el traslado de Seattle a Oklahoma City fuera posible hoy en día. Stern manejaba las cosas de una manera diferente.
No hay planes de expansión a la vista en la NBA. Aunque algunos propietarios escuchan ofertas por sus equipos, estas conversaciones se hacen siempre bajo la condición de que el equipo en cuestión permanecerá en la ciudad (ni siquiera todos los posibles compradores quieren moverse del mercado en el que se encuentran los equipos). Lo único que le queda a los fans de Seattle es dejar claro su deseo de que los SuperSonics regresen a casa, aunque no parece probable que lo veamos por ahora…