El Madison Square Garden se preparaba para recibir el duelo entre los New York Knicks y los Cleveland Cavaliers. El partido llegaba en un momento donde a LeBron James no se le veía a gusto en Cleveland y había declarado que en un futuro, le gustaría jugar con Carmelo Anthony, con Chris Paul y Dwyane Wade, a lo que Anthony había dicho que también le gustaría. En lo deportivo, los Cavs afrontaban este partido con la baja de su base titular, Kyrie Irving.
Los primeros minutos del partido fueron trabados, parecía que ninguno de los dos conjuntos se encontraba a si mismo en la pista y tan solo se anotaba algún que otro tiro exterior. Pero pasados cinco minutos de partido y tras un tiempo muerto, los Cavs empezaron a demostrar que no habían ido al Madison a sufrir y es cuando empezaron a construirse un gran colchón de puntos de diferencia a base de encontrar jugadores muy solos en las esquinas después de que, principalmente, LeBron penetrara. Los Knicks y su horrible defensa no parecían encontrar respuesta a lo que se les estaba viniendo encima, y además en ataque estaban muy espesos, por lo que los Cavs acabaron liderando el cuarto tranquilamente con un parcial de 32-15. Ya habían «doblado» a los Knicks.
El segundo cuatro fue más de lo mismo, Cleveland era una apisonadora para New York, aunque esta vez pudimos ver como el líder del equipo no era LeBron, sino el ala-pivot Kevin Love. Los de la Gran Manzana seguían siendo un desastre en ambos lados de la pista y la ventaja que reflejaba el marcador a mediados el cuarto ya rondaba los veinte puntos de diferencia. Tyronn Lue vio cómo en esos momentos del partido ya había ganado el partido, por lo que decidió bajar la marcha y empezar a dosificar minutos a sus dos estrellas que tenía en el partido (LeBron y Love) para acabar liderando la primera parte por 56-32, con un put back final de Love que estaba firmando un gran partido.
La segunda parte parecía que no iba a tener ningún tipo de historia ni de intensidad por parte de ningún equipo. Cleveland Cavaliers sabía que no tenía ni porque forzar ni porque correr, así que se tomaron lo que restaba de partido con calma. Por otra parte, lo único que podía dar esperanzas de remontada a los aficionados de Nueva York era un Carmelo Anthony que parecía dispuesto a tirárselo todo (anotó nueve tiros de veinticuatro) con tal de remontar, aunque si en algún lugar se vio cómodo, fue en el tiro de tres, desde donde enchufó cinco de nueve. Pero esos esfuerzos tan solo servían para reducir unos pocos puntos la diferencia y Cleveland a final del tercer cuatro seguía ganando por 72-89.
Al inicio del último cuarto pareció que la cosa iba a cambiar y tras unas canastas de Melo, los Knicks se ponían a solo once puntos. Y hubo un momento en el que se olió la gesta de los locales, pero una técnica a tres minutos del final a Melo y unos Cavs que no querían ningún susto hicieron que el partido acabara 107-93 para los visitantes.
Kevin Love fue el máximo anotador del encuentro con 28 puntos, con 12 rebotes, junto a un gran partido de LeBron James, que consiguió un nuevo triple doble con 27 puntos, 11 rebotes y 10 asistencias. En los Knicks, Carmelo Anthony acabó con 28 puntos, solo acompañado de los 19 de Kristaps Porzingis.