
Si algo importa de verdad en Toronto estos últimos días de regular season es el estado de DeMarre Carroll y lo que se puede esperar de él. Cuando lleguen los playoffs, DeMarre habrá jugado tres o cuatro partidos, tras haberse perdido tres meses seguidos por una operación en su rodilla derecha.
Volvió en la que fue su casa desde 2013 a 2015, Atlanta, pero no jugó al día siguiente en Toronto contra Indiana para no forzar en las noches de back to back, pero sí que jugó anoche contra Philadelphia en Toronto, aunque esta noche contra Brooklyn es de suponer que no jugará, puesto que es back to back y no se puede arriesgar aún con su rodilla.
Carroll ha dicho que no tiene quejas por jugar 15 minutos contra Atlanta y 17 contra New York, que los minutos ya vendrán y que tiene ganas de jugar muchos minutos pero que no es su decisión, sino del equipo médico y de Dwane Casey y Masai Ujiri. Él seguirá igual y esperando que le den el positivo para volver a jugar de titular.
También ha dicho que está contento con su aportación en la cancha cumpliendo su papel, el defensivo principalmente, aunque puede aportar en el otro lado del campo desde la línea de tres.
Él sabe que tiene que tener todos los «Sí» y ningún «No» de las cinco personas que forman el equipo médico y Casey para poder jugar, pero que llegarán pronto y podrá jugar en playoffs, porque el equipo le va a necesitar, y más si se enfrentan a Indiana en la primera ronda, puesto que los Raptors necesitarán alguien que pueda parar a Paul George, y ese alguien es DeMarre Carroll. Y lo mismo si en un futuro se enfrentan a los Cavs, cuando tendría que hacer como hizo el año pasado con los Hawks y parar a LeBron.