Como ya se anticipó en la previa de la temporada, los Brooklyn Nets se iban a encontrar con un nuevo comienzo en esta campaña. Todos los rankings (de los que Lionel Hollins se reía) dejaban al equipo en las últimas 10, incluso 5 posiciones de la clasificación, calificándolos como una de las peores plantillas de la competición. Los fans, algo confiados, no veían tan negro el futuro de la franquicia y auguraban una mejor temporada de la que se preveía por parte de los expertos, pero estos últimos dieron, por desgracia, en el clavo.
Un comienzo nefasto
Los neoyorquinos empezaron la temporada de una forma que nadie se esperaba, perdiendo nada más y nada menos que 7 partidos seguidos, hasta que ganaron a Houston el 11 de noviembre. Pese a que Brook Lopez y Thaddeus Young comenzaron haciendo buenos números, otros pilares del equipo y jugadores que se suponía que iban a aportar (Bojan Bogdanovic, Wayne Ellington) se quedaron atrás, mientras el banquillo de los de Nueva York se postulaba como uno de los peores de la liga. A pesar de esto, el rookie Hollis-Jefferson ya daba muestras de lo que podía llegar a hacer en la NBA:
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Jarrett Jack, que el año pasado fue uno de los peores jugadores en cuanto a rating del equipo por 100 posesiones (-11,8, entre los peores de la liga), fue elegido para comandar al equipo, y cumplió su tarea elevándose como líder del vestuario, aunque no fuese ni de lejos el mejor jugador de la plantilla. Esto fue hasta su lesión, justo el 22 de noviembre, día en el que los Nets derrotaron a los Celtics en Brooklyn. El récord del equipo por entonces era de 3-11 y las posibilidades de remontada se desvanecían, dada la pérdida para la temporada del base titular del equipo.
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Sin Jarrett Jack pero con una mejora considerable en el juego, los Nets comenzaron el mes de diciembre con 3 victorias en 5 partidos, dejando su récord en 7-15. Los jugadores pensaban que el récord no se identificaba para nada con el juego del equipo, ya que realmente no estaban jugando tan mal. A partir de aquí, aún con Lopez y Young promediando buenos números (y con Joe Johnson y Bojan Bogdanovic sin aparecer), el equipo continuaba perdiendo y las cosas no podían permanecer así. Se comenzó a dar la temporada por perdida y a hablar de la reconstrucción.
Otra lesión y un punto de inflexión
El 6 de diciembre se confirmó lo peor: la lesión de Rondae Hollis-Jefferson, el rookie elegido en la vigésimo tercera posición del Draft (y traspasado a Brooklyn desde Portland) que tan buen impacto estaba generando en el equipo. La lesión consistía en una fractura de su talón derecho, por lo que se confirmaron entre 8 y 10 semanas de baja. Con el transcurso del mes de diciembre el equipo tomó un tono taciturno, debido a las derrotas y a quedarse sin dos de sus mejores jugadores.
El dueño del equipo, Mikhail Prokhorov, tomó cartas en el asunto despidiendo a Lionel Hollins y «reasignando» a Billy King (al cual le quedaba un año de contrato y, por supuesto, no iba a ser renovado). Con Hollins, que terminó esta campaña en los Nets con un 10-27 de récord, también se iba su asistente, Paul Westphal, tras 43 años en la NBA. Esta noticia creó bastante expectación entre los aficionados, que veían cómo su equipo por fin comenzaba a sentar las bases de una futura reconstrucción. Antes de despedir a estos dos componentes del staff, el propietario ruso de los Nets había adquirido el 100% de las acciones de la franquicia y del Barclays Center, asumiendo un mayor compromiso con el equipo. La convulsión vivida por los fans y la franquicia en esta semana fue impactante, pero supuso un punto de inflexión necesario en la organización.
Nueva etapa: nuevo entrenador y nuevo GM
Tony Brown resultó ser el elegido para comandar a Brooklyn desde aquel momento, con el cual el equipo mejoró en cuanto al juego, pero no en los resultados, puesto que terminó el mes de enero con un 2-9 en 11 partidos. Tras darse ya la temporada por perdida, tanto Brook Lopez como Thaddeus Young comenzaron a intentar reclutar estrellas para la próxima agencia libre, ante un mal rendimiento dado por los componentes de la plantilla incorporados el verano anterior.
Mientras tanto, el equipo aburría y sus aficionados trataban de deleitarse con las nuevas incorporaciones de la plantilla, como el debut de Chris McCullough y los prometedores highlights que dejó.
Tras este ajetreado mes de enero, el de febrero sería aún peor. Las entrevistas para hacerse con el puesto de General Manager de Brooklyn comenzaron un par de semanas antes de la fecha límite de traspasos, que finalmente, tras un minucioso proceso de selección, terminaron con la contratación de Sean Marks para el puesto, proveniente de San Antonio Spurs. A pesar de algunos rumores, el trade deadline fue finalmente bastante aburrido para los Nets, que no hicieron ningún movimiento.
A partir de aquí, el camino de la reconstrucción de Brooklyn estuvo claro. A pesar de negar Sean Marks que el año no significó nada, así fue. Mientras el neozelandés comenzó a acordar buyouts con Joe Johnson y Andrea Bargnani, el HSS Training Center de Brooklyn se abría (centro más caro de la NBA), y podría suponer un reclamo para los agentes libres en verano. Los Nets terminaban febrero con un récord negativo de 17-43 en el total de la temporada, y el equipo continuaba empeorando.
Recta final: dos meses y cuatro victorias
El trabajo en las oficinas de los Nets resultaría más interesante que el del equipo en el mes de marzo, aunque en este mes veríamos el partido más divertido de la temporada de los Nets con una actuación estelar de Bojan Bogdanovic frente a los 76ers:
Mientras Brooklyn alcanzaba cotas históricamente malas en defensa, Sean Marks contrataba a su asistente en la gerencia Trajan Langdon y se ponía manos a la obra con la búsqueda de un entrenador que pudiese suplir a Tony Brown la siguiente campaña. Para final de mes, Rondae Hollis-Jefferson retornó al equipo y el roster se completó con Sean Kilpatrick y Henry Sims. El escolta proveniente de la D-League ha sido una de las mayores alegrías esta temporada para los Nets, que contarán con un suplente de lujo el año que viene al haberle firmado un contrato multianual. No es una eminencia en el aspecto defensivo, pero su faceta ofensiva es increíble (en 23 partidos promedió 14 puntos por noche saliendo desde el banquillo, con un porcentaje de acierto del 47%).
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— Sean Kilpatrick Jr (@SeanKilpatrick_) 16 de abril de 2016
Ya en el mes de abril se comenzó a pensar en la siguiente temporada. Sean Marks hizo oficial el descanso de Thad Young y Brook Lopez en los últimos partidos de la campaña e hizo desaparecer cualquier rastro de Billy King en el equipo cuando despidió a Frank Zanin, su antiguo asistente en la gerencia. Por último, le dijo a Lopez que su intención era reconstruir sobre él, no traspasarle. En cuanto a juego, en esta segunda parte de la temporada, y gracias a David Nurse, mejoró mucho el tiro exterior del equipo, pero no se reflejó en los resultados del equipo. La falta de los dos hombres interiores dio minutos de juego a Chris McCullough y Thomas Robinson, así como a Willie Reed y Henry Sims. Reed abandonó el equipo por motivos personales en la recta final de la temporada, y se llegó a pensar que era por odio hacia su entrenador, que no le hacía jugar lo suficiente. Esto benefició a Thomas Robinson, que tomó también minutos en el puesto de 5 y demostró al equipo de entrenadores de lo que es capaz, firmando 6 dobles dobles en sus últimos 7 partidos jugados, promediando en ellos 13.4 puntos y 11.4 rebotes en 25.7 minutos por encuentro.
Para final de temporada, el equipo consiguió 21 victorias frente a unas sendas 61 derrotas, campaña que se cuela en el top 5 de las peores de la historia del equipo en porcentaje de victorias conseguidas. Dos temporadas situadas en el top 5 se han conseguido en los últimos 6 años (12-70 y 21-61). Como los Clippers no terminaron entre los 5 primeros equipos de la NBA, los Nets intercambiarán su pick con ellos y elegirán en la posición 55 en el próximo Draft, otra noticia ilusionante para la gerencia y afición de los neoyorquinos (nótese la ironía). Cuatro victorias en dos meses supusieron el final de los Nets en esta liga regular de 2015-16, y finiquitan para ellos la temporada.
Por parte del equipo, hay que señalar a unos culpables y también dar pie a alguna alegría dentro de la tristeza general, porque dentro de todo lo malo hay algo bueno.
La principal decepción: Lionel Hollins
El entrenador fue despedido el 11 de enero.
El que fuera al principio de temporada entrenador de los Nets fue llamado a comandar la reconstrucción del equipo. Para nada es mal entrenador, y ya consiguió construir un gran equipo desde la nada, como los Memphis Grizzlies. En Tennessee, el entrenador consiguió llevar a su equipo a las Finales de Conferencia Oeste tras un perfecto plan de 5 años en el cual ascendieron con él actuales estrellas como Mike Conley o Marc Gasol. Con un equipo más atlético este año en Brooklyn, sin embargo, no fue capaz de conseguir más que 10 victorias en el tiempo que estuvo hasta que fue despedido en enero. No fue capaz de hacer crecer a Brook Lopez, como sí lo hizo Tony Brown posteriormente, y no fue capaz de conformar y compactar a la plantilla atlética que un verano antes pidió, sino que simplemente excusaba su fracaso en los nombres de los jugadores sobre el papel. Fue despedido en enero, dejando al equipo con un récord de 10 victorias y 27 derrotas.
Wayne Ellington no supo aprovechar su oportunidad:
Un escolta titular que merecía salir desde el banquillo.
Ellington, que la pasada temporada militó en los Lakers, no supo cumplir su tarea de encajar bien en el ataque de los Nets. En la primera parte de la temporada, su rendimiento todavía podía ser considerado como aceptable, dado el ritmo que estaba tomando el equipo. Un jugador que solo ha superado los 20 puntos en 2 ocasiones y los 15 en 6 partidos esta temporada obviamente no ha cumplido con el cometido que se le pedía a principios de año. Alan Anderson era el objetivo a superar, y no ha alcanzado su nivel de juego en ningún mísero partido. Su porcentaje de tiro este año ha sido del 38%, y el del triple, 35%. Ha sido uno de los jugadores más perdidos en ataque, donde quería tomar el protagonismo pero no tenía la capacidad para ello.
La luz dentro de la oscuridad es Sean Marks:
El GM tratará de hacer entrar en vereda al equipo.
El neozelandés tiene por delante un verano bastante ajetreado, ya que su tarea y su deber es reconstruir a un equipo con mala reputación y sin ninguna ronda de Draft propia hasta 2019. El «modelo Spurs» con el cual está comenzando parece el correcto, y construir la franquicia a largo plazo parece la respuesta ante el anterior trabajo de Billy King (hipotecó el futuro para ganar pronto un anillo, y no lo consiguió). Marks debe conseguir el entrenador que más se adapte a la reconstrucción de la plantilla e intentar proporcionarle el tipo de jugadores que pida, así como volver a traer la ilusión a Brooklyn mediante una nueva cultura. Rondae Hollis-Jefferson y Brook Lopez se postulan como las claves que el neozelandés deberá potenciar dentro de la plantilla, y la remodelación del roster de los neoyorquinos seguramente será noticia cuando llegue la agencia libre con sus trece días de movimiento.
Opinión de la temporada:
Yo, como humilde redactor y fan de esta franquicia tan perdida en este mundillo de la NBA, voy a dar mi opinión personal sobre cómo ha ido la temporada y nuestra colocación de cara al futuro.
De esta campaña, pocas cosas positivas podemos sacar. Ha sido lo que nos esperábamos, pero con una pizca más de humillación. Yo, personalmente, me esperaba al principio de la temporada no pasar de la treintena de victorias, aunque fuésemos un hueso duro de roer para los equipos más fuertes, pero hemos terminado siendo un equipo de D-League compitiendo en la NBA. La vergüenza que hemos pasado los aficionados en los últimos partidos de la temporada donde, literalmente, nos vapuleaba todo el mundo, no se lo deseo a ninguna franquicia de la liga.
Ahora toca dejar atrás este desastre y centrarse en reconstruir el equipo, con las dificultades que supone no poseer rondas del Draft ni assets interesantes para concretar un traspaso. Confiamos todo a Sean Marks, que tendrá un delicado verano por delante alineando las piezas y cuadrando cuentas para que todo cuadre. La remontada y la cultura de la más reciente franquicia de Nueva York comienzan a forjarse este verano, esperemos con mejor resultado que hace seis años.
De cara al futuro y comenzando con la peor base de la liga, solo queda confiar en la suerte y en que el talento que se traiga de Europa nos ayude a conformar una buena rotación y a armar un equipo sólido y compacto que no tarde demasiados años en volver a alcanzar los Playoffs. Rondae Hollis-Jefferson y Chris McCullough tendrán que esforzarse y ponerse a tono en esta postemporada, puesto que el primero se perdió 50 partidos de la ya pasada liga regular (terminando la misma estando inmerso en una restricción de minutos), y el segundo estuvo aproximadamente un año sin jugar, desde el 11 de enero de 2015, cuando su ligamento cruzado anterior decidió romperse. Foguearse en los campings de entrenamiento y liga de verano, así como unos meses de gimnasio no le vendrán nada mal a estas dos piezas importantes de nuestro futuro.