Moses Brown, otro descubrimiento más en OKC

El pívot destapa un potencial físico tremendo

¿Quién es Moses Brown? Es la pregunta que se está haciendo toda esa gente que este año, por H o por B, está sufriendo los partidos de los Thunder con relativa asiduidad. Moses Brown era, hasta hace dos meses, un completo desconocido en la liga. Y de repente, los Thunder tienen a un tío de 2,18 que entre marzo y abril tiene unos promedios de 11,4 puntos, 11,3 rebotes y 1,3 tapones con partidos de 20+20 y que sobrepasa fácilmente las 15 capturas cuando tiene tiempo de juego de sobra.

Pero; ¿y de dónde sale? ¿Cómo ha acabado en Oklahoma? Muchas son las preguntas que tenemos la obligación de responder ante la irrupción de este jugador y todo lo que conlleva. Tanto para su equipo, como para las demás franquicias, que deben empezar a tomar ejemplo.

Menos los Raptors, claro, que son pioneros en esto de sacar jugadores desconocidos de la G-League.

Impacto inmediato; ¿de dónde sale este jugador?

Moses es un jugador de segundo año en la liga, undrafted en el año 2019, que ha pasado a caballo entre la G-League y la NBA la última temporada y media, el curso pasado en Portland con un rendimiento testimonial (9 partidos, 1,2 puntos y 1,6 rebotes en 3,7 minutos) y este curso, en una franquicia como OKC, con las variables perfectas para, como mínimo, mostrarse. Hay pocos equipos con la capacidad de OKC este año -por no decir ninguno- de ofrecer tantos minutos a jugadores como él, y también hay pocos equipos tan dispuestos a probar jugadores jóvenes de la liga de desarrollo como ellos. Tal y como ha pasado con otros jugadores, digamos que ha sido una especie de matrimonio perfecto en el que Brown ha sabido entrar, además por motivos propios, en el «club de jugadores que se han inventado los Thunder esta temporada para cubrir el cupo y, nadie sabe cómo, están saliendo considerablemente bien».

Lo más llamativo de este jugador es, desde luego, la pasmosa facilidad que tiene para conseguir hacer números escandalosos. Su mejor partido fueron los 21 puntos y 23 rebotes ante Boston Celtics hace un par de semanas, pero también consiguió un 20+16 con cinco tapones frente a los Chicago Bulls unos días antes o alcanzó la cifra de 18 rebotes contra Minnesota. Unos números que ya venía haciendo en G-League, en la que promedia 18,5 puntos y 14 rebotes en 21 partidos.

A groso modo, podríamos decir que es un portento de 2,18 de 21 años con una envergadura descomunal que sabe como nadie trasladarlo a su impacto en la pista para convertirse en una máquina de marcar registros, lo que nos deja uno de los potenciales más interesantes de la liga.

Más allá de números; ¿qué puede ofrecer a estos Thunder?

Por sus medidas, movilidad, capacidades atléticas, su entendimiento dentro de la pista o incluso su modelo de cuerpo, Moses Brown recuerda mucho a Rudy Gobert, un perfil específico de pívot que no tiene fácil encaje dentro de la NBA en estos momentos pero que, potenciando sus virtudes y bien rodeado, tiene el molde perfecto para convertirse en un jugador diferencial en defensa. En ataque, por otro lado, es prácticamente imparable en la pintura. Su inteligencia para saber dónde tiene que estar colocado lo convierte en un jugador tremendamente eficiente para finalizar cerca del aro. Además, llama mucho la atención la solvencia con la que anota tiros libres siendo un jugador tan largo, donde también tiene margen de mejora contando con que será un jugador que fuerce fácilmente a su defensor al error y a la falta.

Como decimos, atléticamente es un jugador superior, al que es prácticamente imposible disputarle un rebote y que, a diferencia de Gobert, es capaz de correr la pista de lado a lado sin ninguna dificultad. Podríamos decir que hasta estamos en frente de una rara avis en ese sentido, pues jugadores de su tamaño no acostumbran a tener la solvencia que tiene él para recuperar la posición en contraataques o perseguir jugadores más pequeños para cerrarles el aro en transición. Fijándose en el francés, su potencial es tremendo; con ese plus de atletismo que a Rudy le falta, y el planteamiento defensivo correcto, puede ser ese jugador que marque diferencias de espaldas a canasta.

Eso sí, aún queda mucho trabajo por hacer con él. A pesar de sus capacidades físicas innatas, todavía tiene un físico muy mejorable a nivel de músculo, y que está siendo su principal carencia. Pívots más grandes lo desplazan con facilidad, y aún tiene problemas para defender la posición en el rebote defensivo (el ofensivo depende algo más de explosividad, faceta en la que se sobra y se basta). Además, su lectura del juego todavía es pobre, algo que es normal teniendo en cuenta su experiencia y juventud. De hecho, al propio Gobert también le costó adaptarse al principio de su carrera. No obstante, si en OKC son capaces de ser conscientes de que tienen un monstruo en términos de potencial en su plantilla, y logran encontrar el trabajo específico que mejor se adapte a Brown, pueden sacar mucho rédito de haber apostado por él.

Otra pieza más para montar el puzzle

Pokusevski, otro acierto de estos Thunder de cara al futuro. Fuente: Objektiv

La verdad es que hay que saber valorar como es debido el trabajo de desarrollo que en Oklahoma están ejecutando esta temporada. Más allá de la irrupción de Moses Brown. Casi de la nada, de un proyecto que este verano, a priori, contaba solo con Shai Gilgeous-Alexander como única pieza «válida» de futuro, en una temporada que se planteaba prácticamente de transición, están sacando petróleo de donde no había absolutamente nada. De donde no se esperaba sacar absolutamente nada.

Es mérito de estos Thunder aprovechar el talento de jugadores como Luguentz Dort, del que desde luego no se esperaba un rendimiento tan alto en defensa (al menos, tan pronto) y que ha mejorado considerablemente su aportación en ataque, mejoría que viene con también más eficiencia en el tiro que el año pasado y un mayor volumen anotador. También están haciendo un muy buen trabajo con Aleksei Pokusevski, que aunque criticable su pronta aventura en la mejor liga del mundo, cada vez se encuentra más cómodo con minutos importantes y va encontrando regularidad con su muñeca. Y también lo estaban haciendo con Hamidou Diallo, cuyo traspaso se entiende poco desde este punto de vista.

Todas estas piezas, al final, son las que dan forma al proyecto. Las que le aportan equilibrio, y lo hacen sólido y competitivo. Independientemente de lo que hagan con las múltiples elecciones que tienen para los próximos años, la base fundamental la forman jugadores de este perfil, cada uno en su rol, para solventar diferentes situaciones en momentos concretos de los partidos. Y escoger bien en el Draft este año debe ser enfocarse en buscar un líder de proyecto, que acompañe a SGA y pueda darle sentido a toda esta base de jugadores que están construyendo.


Moses Brown irrumpe favorablemente en un proyecto necesitado de buenas noticias, y le añade además un perfil diferente. Va a ser interesante ver cómo los Thunder son capaces de sacar a relucir todo su potencial.