Herb Kohl reflexiona sobre sus antiguos Bucks

El ex-propietario muestra su lado más humano

Es sabido por muchos que el ex-propietario de los Milwaukee Bucks es un hombre con un enorme corazón, cuando Herb Kohl vendió a los de Wisconsin en 2014 y ofreció 100 millones de dólares para financiar el nuevo pabellón que en teoría se empezara a construir el 18 de junio de este mismo año. Otra cosa muy poco menos sabida es que, a pesar de dar tal cifra, el millonario de la misma ciudad que los Bucks donó 2.000 dólares al mes a cada uno de sus empleados.

«La mayoría gente que trabaja en el Bradley-Center cobra el mínimo salarial, para ellos 2000$ es una fortuna, estuvieron muy agradecidos y eso me hace feliz, además para mi no es nada».   

Herb es uno de esos hombres que el dinero no les cambia, a pesar de ser millonario y llegar a ser senador sigue viviendo, a sus 81 años, el mismo apartamento desde hace 45 años, sigue con su círculo de amigos, va a trabajar cada mañana a su oficina y se preocupa, puede que más que nunca, del estado de Wisoconsin y los Bucks.

Otra curiosidad que rodea la figura del anterior propietario de los verdes (con perdón de los Celtics) es que vendió el club por 550 millones de dólares cuando podía haber sacado muchísimo más pero prefirió no sumar una mayor cifra a su cuenta bancaria con el propósito que los Bucks se quedasen en  su tierra natal.

La NBA está repleta de egos, todos son los mejores y es imposible ver a LeBron con un poco de honestidad, hombres como Herb Kohl daban humanidad a la mejor liga del mundo, porque eso es lo que le falta, humanidad.

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