Chandler Parsons ha cumplido este año su segunda temporada en la franquicia texana y, al igual que en la anterior, se ha perdido los PlayOffs por lesión. Sus promedios han sido de 13,7 puntos y 4,7 rebotes en casi 30 minutos por partido. Unos números muy flojos si no tenemos en cuenta que ha sido una temporada marcada por la lesión que tuvo en la serie contra los Rockets del año pasado y que se ha visto obligado a forzar su vuelta cuando aún no estaba al cien por cien.
En su defensa, cabe decir que en los dos meses previos a la lesión que le dejó fuera de la serie contra los Thunder promedió 20 puntos por encuentro y que este año, aún habiendo hecho los peores promedios en puntos desde su año rookie, ha hecho sus mejores porcentajes en triples, llegando al 41%. Aún con estos números, todo apunta a que se saldrá de su contrato y buscará unos ingresos cercanos a su máximo salarial que se encuentra en unos 22 millones de dólares. Parsons está a gusto en la franquicia y los seguidores de los Mavericks, al menos la gran mayoría, estamos contentos con él, pero aún no ha demostrado valer los 16 millones que cobra y ya podría estar pidiendo un aumento. Cierto es que no lo ha demostrado por culpa de las lesiones y que cuando ha estado sano sí que ha sido el jugador que se esperaba que fuera cuando se le firmó, pero las lesiones también son un factor y los Mavs no se pueden permitir que su jugador estrella sea de cristal y se pierda los momentos clave de la temporada.
Así pues, será muy importante la opinión del equipo médico de los Mavericks (uno de los mejores de la NBA) antes de hacerle una oferta a Parsons, aunque todo parece indicar que se quedará en Dallas por una cantidad cercana a los 22 millones anuales.