What if: Portland tuviera que elegir entre Lillard o McCollum

Lillard y McCollum, compañeros ¿no por mucho tiempo?

Yo fui de los que creyeron en Stephen Curry desde el minuto 0 que lo vieron jugar. Yo fui de los que veía en él la combinación perfecta de talento sin medida y ética de trabajo que le llevaría a ser un líder natural. Yo fui de los que se posicionaron en favor del ahora 2 veces MVP de la liga cuando se generó el debate en la Bahía sobre si se debía apostar por un chico que asistía bien, tiraba muy bien pero se lesionaba con asiduidad, o Monta Ellis, el máximo anotador de las últimas temporadas, el que atraía a toda la defensa rival, «the heart and the soul of the GSW». Yo fui de los que celebraron el trade del escolta a Milwaukee a cambio de un lesionado Andrew Bogut teniendo a Curry también lesionado, ambos para el resto de la temporada, entendiendo que significaba un valiente paso hacia adelante. El resto es historia.

Inspirados en aquella complicadísima decisión y los «What if» de Marvel, pretendemos poner a Portland en la piel de sus compañeros de conferencia y anticipar los argumentos que debería considerar para elegir en manos de quién dejar su futuro.

Partimos de contextos algo distintos porque al llegar Curry, Ellis era la única estrella de su equipo y negó públicamente la posibilidad de compatibilizar con Curry antes de si quiera compartir un training camp con él. También porque el rookie de Davidson hizo grandes números desde su primer año pero la fragilidad de sus tobillos jugaba en su contra. Mas lo cierto es que, en líneas generales, existen numerosos paralelismos.

Ellis y Lillard comparten una apariencia más agresiva, su juego es más explosivo, estaban primero y se erigieron como líderes absolutos tras las respectivas reconstrucciones de sus equipos:

  • Warriors 2008/2009, 29-53 tras perder la batuta de Baron Davis que les había llevado a tumbar a unos Mavericks primeros de conferencia en una primera ronda que «we believe» es historia moderna de la liga; y
  • Blazers 2015/2016, sorprendentemente consiguiendo un récord de 44-38 cuando el pasado verano se habían desprendido de 4 de sus 5 titulares (Wesley Matthews, Nicolas Batum, LaMarcus Aldridge y Robin Lopez).

Por su lado, Curry y McCollum aparentan ser más dóciles, tienen una forma de jugar más elegante, aterrizaron más tarde y progresivamente ganaron protagonismo hasta el punto que expertos y aficionados se cuestionaron la hegemonía de su compañero.

En la comparativa de dúos, ambos estaban formados por un base y un escolta con cuerpo de base, de perfil anotadores compulsivos y no conocidos por su defensa. No es que ninguno estuviera al nivel de Harden pero, por concepto, generaban un mismatch al compartir pista que obligaba a sus compañeros a multiplicarse cuando tenían que proteger el aro.

Sin querer seguir profundizando en el parecido de un backcourt que se rompió y otro que por el momento ha dado numerosas alegrías a los fans de la franquicia de Oregon, entramos a valorar los números de los dos guards que lo componen.

Comparativa Lillard-McCollum a fecha 9/3/2017. Fuente: NBA.com

¿Qué hace mejor Lillard? Supera ligeramente a su compañero en rebotes (5 por 3,7), aunque la diferencia es poco notoria y juega al menos 1 minuto más por partido (36 por 34,8). Donde sí domina es en las otras dos de las estadísticas principales, anotar (26 por 23,3) y asistir (5,9 por 3,5). Se podría justificar en que es algo inherente a su rol y posición respectivamente, pero ahí va un dato sorprendente como respuesta: pierde casi la misma cantidad de balones que McCollum (2,6 por 2,3) pese a amasar el balón y arriesgar en el pase muchísimo más.

¿Y en qué es mejor McCollum? Ofensivamente en el acierto en los lanzamientos, ya sea anecdóticamente en los tiros libres (89,8% por 89.5%) como en los denominados in-game: 51% en tiros de 2 por los 49 de Lillard y sobre todo casi 42% en tiros de 3 por los 35 de Lillard. Es verdad que Lillard tira al menos 1 triple más por partido (7,3 por 5,8), y probablemente desequilibrado y al fin de la posesión dados sus galones, pero las estadísticas avanzadas dicen que McCollum, quizás porque suele tener más open-looks que su compañero, es más eficiente. Defensivamente, pese a tener en principio la complicada papeleta de defender a escoltas más corpulentos, consigue robar (1 por 0,7) y taponar (0,6 por 0,3) algo más que su compañero.

¿Son estas prestaciones que ofrece McCollum suficientes para plantearse un posible trade de Lillard? A priori no, pero las circunstancias pueden serlo.

Vivimos la edad dorada de los bases y no avista fin. Empezó con Steve Nash, Tony Parker, Chauncey Billups, Jason Kidd y Chris Paul, pero es que entrada esta década se han multiplicado en calidad y cantidad. Como referentes: Russell Westbrook, Kyrie Irving, John Wall, Lillard y Curry. Los últimos en sumarse al carro All-Star: Kyle Lowry, Isaiah Thomas, Kemba Walker y ahora James Harden tras su reconversión. En una segunda línea reconocida están Derrick Rose, Jrue Holiday y Jeff Teague, y en otra no premiada con una invitación al partido de las estrellas pero actualmente a un nivel muy alto podríamos meter a Mike Conley, Eric Bledsoe y George Hill. Otros tienen roles destacados en sus equipos como Goran Dragic o Corey Joseph y, de los últimos que han llegado, Marcus Smart, Elfrid Payton, D’Angello Russell, Emmanuel Mudiay o la última sensación Yogi Ferrell prometen. Además, todo indica que habrá al menos 5 bases (Markelle Fultz, Lonzo Ball, Dennis Smith, De’Aaron Fox y Frank Ntilikina) entre los 10 primeros picks del Draft de 2017 y Portland tiene el pick 8. La cuestión es que podríamos pasarnos el resto del artículo viendo nombres de bases sobre los que edificar pero no de escoltas.

McCollum es, según todos los ránkings, el cuarto mejor escolta de la liga, solo superado por DeMar DeRozan, Jimmy Butler y Klay Thompson; pero tira mejor de los dos primeros y es más capaz de generarse sus propios tiros que el último. En otras palabras, su valor relativo, teniendo en cuenta los jugadores con los que comparte posición, es mayor que el de Lillard.

Si el carismático base nacido en California no ha sido siempre todo lo valorado que sus estadísticas e influencia sugieren, no estando por ejemplo en el último All-Star, es por la feroz competencia que existe en su puesto. Ahora bien, habría que ver hasta qué punto puede una franquicia renunciar a un catalizador del juego que ha funcionado aunque le hayan cambiado las piezas que le rodean. De hecho, si alguien se ha aventurado a proponer esto que habéis leído ha sido en favor de Lillard, mas un servidor no se atrevería a dar una respuesta porque está tremendamente enamorado de ambos.

En cualquier caso, recordemos que la temporada de los Blazers, a falta de ver si finalmente se clasifican para Playoffs (actualmente fuera, novenos de conferencia) y su rendimiento en ellos, no ha cumplido con las expectativas y que no tienen margen salarial de mejora por todo el dinero que comprometieron durante 2016, por lo que quizás no sea tan descabellado que este verano, o en algún otro momento de un futuro no muy lejano, la disyuntiva se llegue a materializar.

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Comentarios (2)
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  • Roller

    Que conste que esto lo dice un fan de Lillard jajaj, este año el que nos ha salvado el culo TODAS las noches ha sido McCollum, salvo quizá principio de temporada y estos primeros partidos post All-Star que Lillard ha jugado bastante bien, para mí no ha estado nada bien el resto del año (Al menos al nivel que yo le exijo), noches con pésimos porcentajes, muchas pérdidas y sin contribuir de verdad al juego positivamente

    Con todo esto, dudo que la dupla se separe salvo nada raro aunque el líder de la franquicia debe ser Lillard, para mí el líder de la ofensiva por así decirlo debería ser McCollum.

    A ver si podemos aspirar a Playoffs que venimos en una buena racha y los Nuggets tampoco andan muy finos últimamente.. #GOBLAZERS!

    • Turner vai pa Presi

      Totalmente de acuerdo, no puede describirse mejor.