Scott Brooks es el entrenador de los Washington Wizards, equipo de moda en la NBA gracias a la gran racha que les ha permitido convertir el mal inicio de temporada, en el que un sector de la afición ya señalaba a Scott Brooks con dedo acusatorio, en un puesto de privilegio dentro de su conferencia. Obviamente, no está de más recordar que Brooks fue entrenador de OKC Thunder durante siete temporadas, teniendo la oportunidad de entrenar a alguno de los mejores jugadores de la liga, y rozando la gloria. Scott Brooks ha pasado por muchas etapas en su carrera como entrenador, y ya hemos visto lo mejor y lo peor de sus capacidades en ambos equipos en los que ha estado como entrenador jefe.
En 2008, con el equipo recién mudado a Oklahoma City, un Russell Westbrook en su año “rookie” y Kevin Durant en su segundo año, Brooks cogió las riendas de un equipo en plena reconstrucción, en la que era su primera experiencia al mando de un equipo. Los primeros años, su actuación fue magnífica, ya que, solo en su segunda temporada, consiguió pasar de un pésimo 23-59 a un decente 50-32, que sirvió para meterse en el último puesto que daba acceso a los Playoffs de ese año (clasificación muy apretada, 57 victorias para Lakers en el primer puesto y 50 para OKC en el octavo) y, sorprendentemente, para llevarse el premio a Mejor Entrenador del Año en 2010. Sin duda, esa increíble mejora en la clasificación, además de los cambios que introdujo para que se produjera la explosión definitiva de Kevin Durant, y el crecimiento de otros como Thabo Sefolosha, le hicieron merecedor del premio. A partir de ahí, todo fue crecer; Kevin Durant, Russell Westbrook e Ibaka formaban uno de las mayores amenazas de toda la liga, y James Harden ser erigía como uno de los mejores jugadores saliendo desde el banquillo. El juego ofensivo era coral, con jugadores jóvenes con grandes capacidades de anotación, y la defensa, pese a no ser de élite, pasaba por buena. Así, en 2012, OKC Thunder, de la mano de sus estrellas y, cómo no, de Scott Brooks, llegó a las Finales de la NBA, que acabarían perdiendo contra Miami Heat. Tras eso, la marcha de Harden a los Houston Rockets fue un factor determinante en la evolución del juego del equipo, ya que el bueno de Brooks parece que tiró por la borda todos los esquemas ofensivos de los que disponía y se encomendó a sus estrellas, decisión inteligente en temporada regular, pero fallida a la hora de la verdad, cuando hacen falta algo más que buenos jugadores para marcar las diferencias. Pese a tener al MVP de 2014 en sus filas y tener la confianza de los propios Durant, Westbrook e Ibaka, líderes de la plantilla, fue precisamente una temporada 2014/2015, marcada por la lesión del alero, la que hizo que OKC no entrara en Playoffs, lo cual suponía un fracaso, además de un despido como entrenador que, pese a todo lo conseguido y todo lo respetado que era dentro de la franquicia, no extrañó a nadie, ya que los últimos tres años se había dedicado a darles bolas a Westbrook, Durant e Ibaka para que ellos se jugasen los tiros cuando les apeteciera, pasando de ser un equipo candidato a todo a un equipo más, plagado de estrellas, pero falto de un elemento diferencial en el banquillo que sí tenían otras potencias en la Conferencia, con Gregg Popovich y sus San Antonio Spurs como máximos exponentes., y que OKC Thunder pasó a buscar en la NCAA, fichando a Billy Donovan.
En sus siete años en OKC, Scott Brooks, además de ser Entrenador del Año en 2010, fue tres veces Entrenador del Mes de la Conferencia Oeste, y tiene uno de los mejores registros en la historia de la franquicia. Segundo entrenador con más partidos, tercero con más victorias y segundo en porcentaje de victorias, pese a estar dos de las siete temporadas con un equipo por reconstruir. En postemporada, también es el segundo con más partidos, segundo con más victorias y segundo con mejor porcentaje. En todos los casos, le superan dos entrenadores, o bien George Karl, entrenador de los SuperSonics entre 1991 y 1998, última época dorada de la franquicia en Seattle, o Lenny Wilkens, artífice del anillo de 1979, el único de la franquicia en 50 años de historia.
Ahora en Washington, Brooks ya ha conseguido un premio a Entrenador del Mes en el Este, y suena en algunas quinielas para ser Entrenador del Año, con otros como Mike D’Antoni, de Houston Rockets. Los Wizards están jugando su mejor baloncesto de todo el año, y son terceros en el Este. La mejora respecto al año pasado de estos Wizards es muy significativa; han mejorado enormemente en rebotes ofensivos (del puesto 27 al 11), lo que ayuda también a la mejora ofensiva, especialmente después del All-Star. La producción del quinteto titular es espectacular, y sostiene al equipo, incluso tras las incorporaciones de Bogdanovic y Jennings previas al cierre del mercado el mes pasado. John Wall está más asistente que nunca, y la calidad ofensiva de Bradley Beal no se pone en duda. Por dentro, Morris y Gortat, además de esos rebotes ofensivos, aportan anotación y defensa más que fiable. Un caso aparte es el de Otto Porter, un jugador que no había terminado de adaptarse a la NBA, y al que Scott Brooks ha conseguido motivar y convertir en un tirador muy fiable, y un jugador de esos que pasan desapercibidos, pero cuya labor es vital, de esos que, en un equipo contender, te ponen a huevo el campeonato, como escuderos de las superestrellas.
Sin duda, existen ciertas similitudes entre el proyecto de OKC de hace nueve años y el de ahora, al menos en el entrenador. Alguien nuevo en la franquicia, que coge a un equipo sin objetivo claro y empieza un ascenso imparable hasta la cima. No son comparables los jugadores ni la situación de cada una de las franquicias, además de la mayor experiencia actual de Scott Brooks, pero es inevitable la comparación.
Sin duda, estos Wizards tienen muy buena pinta, y queda la duda de que, en caso de que el equipo capitalino siga mejorando y llegue a perseguir algo grande, su entrenador siga siendo el de ahora y no se relaje, como ya le pasó en su antiguo equipo. Sin duda, tiene un proyecto interesante entre manos, tiene experiencia con cracks de talla mundial y sabe cómo controlarlos, es capaz de motivar a los jugadores y es ya un veterano de las rondas decisivas de Playoffs, algo importante. La pregunta es, ¿se repetirá la misma historia en que en OKC Thunder, o habrá aprendido Scott Brooks de sus errores? Sólo el tiempo nos dará la respuesta.
Muy interesante el artículo Eduardo, aunque para mi gusto demasiado benevolente con el señor de gafas. Hundió a una de las mejores generaciones del baket americano reciente, y desde luego no ha mejorado practicamente en nada a un Wittman que ya le dejo los cambios realizados. Se suponía que mejoraría la defensa, y aunque la ha dotado de agresividad el resultado es pobre. El ataque sí ha funcionado, pero el sistema no ha evolucionado del de Wittman: Wall; Wall, y después Wall!!!!!
Gracias por el comentario. No soy seguidor asiduo de los Wizards, por lo que no puedo hablar con máxima propiedad, solo a partir de los datos, y por eso el artículo se centra en su etapa en OKC. Sin embargo, he visto datos que demuestran mejora, como los que expongo, y sobre todo el quinteto titular, cuyos integrantes han mejorado todos sus estadísticas, especialmente en anotación. Lógicamente, sin la dirección de Wall estarían en la mierda, pero creo que también hay que atribuir algo de mérito a Brooks, sobre todo por el trabajo con Otto Porter, algo similar (similar en nivel de evolución, no en calidad) al cambio que hizo con KD, cambiándole de escolta a alero, haciendo que fuera máximo anotador en su tercer año únicamente. También muy de acuerdo con lo de que hundió a OKC en esos últimos años, no tenía esquemas de ningún tipo, aunque en los PlayOffs pasados, en la serie contra Warriors, Billy Donovan también permitiera mucho a KD y RW jugarse los «hero balls» con 17 o 18 segundos de posesión.
Siendo honestos hay que reconocer que la mejora de los jugadores no se puede separar de la mejora de BEAL, que exclusivamente se debe a que este año no se ha roto!!! yo en el tema PORTER no he apreciado una gran diferencia con el trabajo anterior. De hecho creo que toma peores decisiones en ataque, aunque haya mejorado números. Tampoco ha habido una mejora del resto de jovenes, al revés, todos han empeorado su rendimiento.
Lo que le reconozco es una seriedad a veces en defensa, pero que no ha sido regular como para convertirlos en élite en ese aspecto. Tacticamente WITTMAN era la negación absoluta, y es indiscutible que en eso se ha mejorado, pero la reestruturación del roster no la ha realizado el señor de gafas, la ha heredado de su antecesor.
A corto plazo el exito se deberá a la capacidad de NO molestar a sus estrellas, pero a medio plazo wizards no jugarán un pimiento.
Salud