La temporada en detalle de Nicolás Brussino

El argentino llegó a estar presente en 54 partidos
Nico Brussino ha terminado su primera temporada en la NBA/Nil Alemany (SB)

Desde su llegada a Dallas en julio del año pasado, Nicolás Brussino no ha parado de recibir elogios por parte de la franquicia texana, tanto de Mark Cuban como de Rick Carlisle. Si bien el santafesino no tuvo un rol protagónico a lo largo de la temporada, se mantuvo en ritmo, sin lesiones y a las órdenes del día del entrenador de los Mavericks. Tras su primera experiencia en la liga de más alto nivel, las conclusiones han sido sumamente positivas en cuanto al crecimiento y rendimiento del argentino, más allá de que es evidente que todavía debe mejorar en todas las áreas del juego para consolidarse como jugador de la NBA.

Durante muchos años, la NBA parecía algo inalcanzable para Brussino, pero, luego de cuatro años en la Liga Nacional de Básquet, emprendió vuelo hacia Estados Unidos para cumplir un sueño, dando el salto desde su país natal a la NBA antes de lo esperado y convirtiéndose en apenas el segundo argentino en lograrlo de esta manera. Tras un breve paso por el campamento de verano de los Utah Jazz, los Mavericks pusieron su atención en el santafesino y no dudaron en ofrecerle un contrato. Desde entonces, la vida de Brussino tomó un giro abrupto y su radical cambio fue furor en Argentina. Tras su participación en los Juegos Olímpicos, el escolta de 24 años viajó a Dallas y rápidamente los miembros ejecutivos de la franquicia texana lo recibieron con los brazos abiertos. Pero desde el primer momento, nada fue sencillo para Brussino, que tuvo que ganarse un lugar dentro del equipo y competir contra jugadores de mayor envergadura física y manejarse en un contexto totalmente distinto en el que el idioma era una dificultad más. Sin embargo, siendo efectivo y demostrando un correcto manejo de balón, el argentino se ganó desde el primer minuto la confianza de sus entrenadores y fue uno de los puntos altos en la pre-temporada. En su debut, finalizó con 13 puntos, 3 rebotes y 2 asistencias en 22 minutos de juego, justificando los elogios que de a poco iba recibiendo, mientras que en otro encuentro anotó 11 tantos en un sólo período.

Tal es así que hasta el propio Donnie Nelson -General Manager de la franquicia texana- reconoció el valor que escondía el argentino apenas ingresó a la liga:

«Lo hemos estado siguiendo desde hace mucho tiempo. Es un joven con un futuro brillante. Para su edad y tamaño tiene buenos instintos para el baloncesto. Tendrá que trabajar mucho aún para transformarse en un jugador NBA, pero tiene los condimentos necesarios para ser un jugador importante».

El 20 de octubre, una semana antes del comienzo de la temporada regular, el sueño del santafesino se concretó definitivamente al confirmarse su inclusión dentro de los 15 jugadores de los Dallas Mavericks, convirtiéndose de esta manera en el décimo argentino en jugar en la NBA. Su debut oficial precisamente fue en el partido inicial de la fase regular de los Mavs, en el que los texanos cayeron en tiempo suplementario en Indiana. Brussino apenas ingresó 34 segundos, tiempo suficiente en el que repartió una asistencia. Aunque en el siguiente enfrentamiento de Dallas ante Houston, sumó sus dos primeros puntos desde la línea de tiros libres, tuvo que esperar para tener su primera oportunidad concreta. Semanas después, el 9 de noviembre ante Golden State, Carlisle optó por darle descanso a gran parte de su rotación principal y el argentino aprovechó para concretar su primer lanzamiento en la liga, un disparo de tres puntos que anotó mientras lo defendía nada más y nada menos que Stephen Curry.

La temporada de los Mavs estuvo marcada de principio a fin por las constantes lesiones de sus jugadores más experimentados. Sin embargo, dicho inconveniente le abrió la puerta a Brussino para estar permanentemente en la consideración de Carlisle. Si bien el argentino alternó partidos en la Liga de Desarrollo y con los Mavericks, la franquicia texana mantuvo su plan inicial para promover el crecimiento del santafesino. En su primer viaje a principios de enero al equipo afiliado de los Mavs, Brussino sobresalió con 25 puntos, 3 rebotes y 3 asistencias para liderar a su equipo, demostrando un nivel superlativo en una liga de jugadores en constante desarrollo. El alero aprovechó una sólida acumulación de minutos en los Texas Legends para afianzar su arsenal ofensivo mientras desarrollaba otras facetas del juego. Días después, Brussino nuevamente volvió a ser parte de la rotación principal de los Mavs, pero en un enfrentamiento ante Oklahoma tuvo una de sus noches más inconsistentes en el costado defensivo y debió salir del encuentro por acumular seis faltas personales tras 21 minutos en cancha. La revancha para el nacido en Cañada de Gómez llegó un par de semanas posteriores, cuando -en el amplio triunfo de Dallas contra Orlando- disputó todo el último cuarto de juego y contribuyó con 10 puntos, siendo la primera vez que anotaba en doble dígito.

Llegado el mes de marzo, y con los Mavericks aún luchando por definir su futuro en una temporada inconsistente, Brussino tuvo su mejor participación en el choque que Dallas venció agónicamente a Washington en la capital estadounidense. El santafesino concluyó con 11 puntos y 9 rebotes y, aunque los números parezcan cotidianos para cualquier jugador de su contextura, el argentino tuvo un impacto trascendental en una de las victorias más importantes de los Mavericks, encabezando la remontada de su equipo ante un sólido conjunto rival. El desafío más difícil para cualquier jugador en un deporte tan impredecible y cambiante como el baloncesto es mantenerse listo, concentrado y en ritmo ante una ocasión especial, sea la noche que sea. Y ese fue precisamente el logro más importante de Brussino en sus productivos minutos ante Washington el pasado 15 de marzo. El momento para adueñarse del centro de la escena vino en un momento difícil en la temporada de los Mavs.

Sin embargo, con oficio, sacrificio, priorizando los objetivos colectivos y manteniendo su línea de juego, fue capaz de deslumbrar a sus propios compañeros, firmando su producción más importante de la temporada. Dirk Nowitzki, emblema histórico de la franquicia texana, demostró su satisfacción tras la consagración del argentino y -en reiteradas ocasiones- valoró su ética de trabajo y compromiso:

“Jugó internacionalmente mucho tiempo. Es un jugador inteligente que trabaja duro. A pesar de la barrera del idioma, está tratando de comunicarse y seguir jugando. Y eso es muy valioso para nosotros”.

A medida que la temporada llegaba a su fin, las chances de los Mavericks de cumplir su objetivo de jugar los playoffs se desvanecieron, pero las oportunidades para Brussino aumentaron al mismo tiempo. Carlisle priorizó en el tramo final de la fase regular la opción de darle minutos a los jóvenes para desarrollar su juego y el santafesino la aprovechó para consolidarse como pieza del futuro de la franquicia. En el mes de abril, terminó promediando 9.6 puntos, 4.2 rebotes y 2.6 asistencias en 25.6 minutos de juego, siendo titular por primera vez en un encuentro ante Sacramento y finalizando la temporada con un partido frente a Memphis de 15 tantos, la mayor marca en su primera campaña en la NBA.

Con 54 partidos jugados, Brussino deja una imagen contundente y positiva a la vez, tras haber partido como un jugador que llegaba con un perfil bajo en julio y que lucía en constante desventaja física ante cada adversario. La temporada para el joven santafesino de 24 años no ha sido fácil. La primera, para todos los jugadores que ingresan a la liga, suele ser un período de adaptación para comenzar a desarrollar una nueva vida. El argentino dio un salto de calidad inimaginable. Sabiendo que una innumerable cantidad de desafíos lo esperaban en el horizonte, esquivó todos los obstáculos posibles y rápidamente se convirtió en un diamante en el medio del desierto para Carlisle. Entre una gran cantidad de idas y vueltas, aprendió a convivir con la importancia del trabajo de cada día que finalmente le dio resultados. Brussino es ahora parte del movimiento revolucionario que los Mavs -un equipo en los últimos años reconocido por la veteranía de sus jugadores- implementaron en una temporada repleta de cambios, tanto para él como para la franquicia.

Con aún mucho por desarrollar y aprender, el santafesino termina la temporada promediando 2.8 puntos, 1.7 rebotes y 1 asistencia por juego. Ahora enfrenta el exigente desafío de mejorar su nivel y consolidarse en la liga. Pero cuenta con el apoyo de Cuban -que hasta lo consideró el mejor pasador del equipo por su notable manejo del balón- y el de su entrenador, que desde el primer día lo acompañó y le dio la confianza necesaria para sentirse parte de la franquicia texana. La temporada que viene, según el mismo Carlisle afirmó, será determinante para que Brussino vuelva a dar otro salto de calidad. Para los Mavericks, su crecimiento sera indispensable.

 

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Comentarios (2)
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  • Pelayosp1

    Gran talento del argentino desde el perímetro. Y se ve una mejora en su capacidad reboteadora. Si coge más físico puede tener un rol relevante

  • Pelayosp1

    Gran talento del argentino desde el perímetro. Y se ve una mejora en su capacidad reboteadora. Si coge más físico puede tener un rol relevante