Los Chicago Bulls regresaban a su feudo con el único objetivo de forzar el siempre fatídico séptimo partido, pero fueron incapaces, en un partido caracterizado por el claro dominio de los visitantes ante unos erráticos Bulls que en ningún momento plantaron batalla, sin duda una muestra fehaciente de lo que ha sido esta serie a partir del tercer partido. Por parte de los Celtics, estábamos ante una noche histórica, pues se convertían apenas el cuarto equipo en la historia de la NBA en remontar un 2-0 inicial como local y, además rompían una racha sin pasar de primera ronda, que databa de 2012, demasiado para la franquicia más laureada de la NBA.
El United Center aguardaba un inicio fulgurante para los locales, si bien, los papeles se invirtieron y, los Celtics ya comandaban 9-2 con poco más de un minuto de juego tras sendos triples de Crowder y, el nuevamente titular, Gerald Green, quien ayer acabó por confirmase como la sorpresa de la serie.
En los siguientes minutos, los Bulls aumentaron la intensidad e hicieron un amago de acercarse tras un triple de Canaan que puso el 13-9. No obstante, los Celtics volvieron a aumentar distancias, con un 21-11 pasado el ecuador del cuarto, comandados por un estelar Green. Los siguientes minutos fueron un toma y daca entre ambos equipos, con unos Bulls que se mantenían a flote gracias al acierto de Butler y López, cerrando el cuarto con un auspicioso 30-23.
El 2º cuarto arrancó con un una canasta de Wade , la única que anotó en una noche en la que estuvo desaparecido, acercando a los locales cinco puntos. Sin embargo, esto no pasó de un espejismo, pues los Celtics endosaron un parcial de 8-0 en apenas un minuto, que se amplió a 12-0, tras el tiempo muerto de los Bulls, dejando el marcador en un a la postre insalvable 42-25. Ante esto, los Bulls respondieron con un 8-0 tras acciones de Zipser y Butler, si bien, los visitantes mantuvieron las distancias con el acierto exterior de Smart, Horford y Crowder en esos minutos, llegando al descanso con un 54-41.
Stripped by Smart! pic.twitter.com/JsHpRUB3LQ
— Boston Celtics (@celtics) 29 de abril de 2017
Lejos de coincidir con una reacción local, la reanudación nos mostró a unos Celtics enchufados, que ya mandaban 64-43 tras la aparición de Thomas y un nuevo triple de Green, que seguía de dulce. A partir de ahí, las distancias aumentaron gradualmente, con un Bradley que hizo de catalizador de los Celtics, anotando 13 de sus 23 puntos en apenas 6 minutos, llevando a los «Orgullosos verdes» a cerrar el cuarto con un contundente 88-59, un castigo que podría haber sido mayor de no ser por un acertado Jimmy Butler (23 puntos, con 9 de 17 en tiros de campo) , que no regresó a cancha dada la adversidad del marcador.
Los Bulls arrancaron el último cuarto con la segunda unidad y con el único objetivo de maquillar mínimamante la imagen ante la afición. Por tanto, aunque no tuvo mucha historia, esta última entrega nos dejó minutos de cierta calidad de Carter-Williams y Lauvergne, quienes ayudaron a recortar rentas visitantes que llegaron a treinta puntos, dejando el resultado final en un 105-83 que sentenciaba una serie de idas y venidas para los Celtics (4-2), quienes ahora esperan a unos Wizards que resolvieron su serie ante Atlanta en seis partidos.
Los Boston Celtics hacen historia por enésima vez
Los verdes vuelven a vivir una noche histórica, pues se han convertido en apenas el cuarto equipo en la historia de la liga en remontar un 2-0 inicial como local y, además rompían una racha sin pasar de primera ronda, que databa de 2012, demasiado para la franquicia más laureada de la NBA.