Los Pelicans de New Orleans tienen un récord de 8-6, y están en este momento en la quinta plaza del salvaje oeste, a un partido y medio del noveno equipo, el primero que se quedaría fuera. Podríamos decir pues, que los Pelicans están viviendo una situación cómoda, y más teniendo en cuenta que las dos últimas temporadas se iniciaron con un balance de 0-8 en ambas, que lastró y condicionó al equipo en los 74 partidos restantes.
Un calendario benévolo ha ayudado a este buen inicio. Las 8 victorias que tienen los Pels se han dado exclusivamente contra equipos con un balance igual o inferior al 50%. Aún así, ninguna de estas victorias ha sido cómodas, pese a jugar contra equipos que ya piensan en el draft como los Bulls, los Mavs o los Hawks recientemente.
Las 6 derrotas, como contraparte, vienen ante equipos con un record superior al 50% (sin contar a los Warriors, que visitaron New Orleans con un 0-1). Un calendario más exigente podrá medir cuales son las aspiraciones reales del equipo.
Otro factor indudable de este buen arranque es el superlativo rendimiento de la pareja de moda en la NBA, DeMarcus Cousins y Anthony Davis. Con dos All-Star que se entienden de maravilla a este nivel, todo parece más fácil. Pero ellos no juegan solos. A la espera de una aportación aún mayor de Jrue Holiday, o de la reinserción de un Rajon Rondo que debutó en el último partido pero con restricción de minutos, un nombre está siendo clave en la buena racha del equipo; Darius Miller.
Darius Miller, un viejo conocido
El alero suplente de los Pelicans es un fichaje de este año, pero era ya un viejo conocido de la franquicia. Drafteado en el puesto 46 del draft del 2012 (el mismo en el que llegó Anthony Davis), pasó sin pena ni gloria por la franquicia de New Orleans (vivió el cambio de Hornets a Pelicans) durante sus dos primeros años, a las ordenes del por entonces entrenador Monty Williams. El tercero fue muy breve, ya que fue cortado tras disputar tan solo 5 partidos, con una presencia testimonial.
Su llegada al equipo el día del draft se dió más por el hecho de que compartió universidad con el joven Davis y podía servir como elemento para una rápida adaptación del ala-pivot a la plantilla, que por sus cualidades baloncestisticas. Con 4 años completos como wildcat en Kentucky, Darius no era un rookie con proyección que digamos.
A Europa, pero con billete de vuelta
El papel que tuvo el bueno de Miller en el equipo fue más bien discreto. En sus 102 partidos, promedió 3’1 puntos en 14’3 minutos de media.
Después de ser cortado, Darius Miller tuvo que emigrar a Europa, concretamente al Brose Bamberg alemán, equipo que disputó esos dos años la Euroliga. El papel de Miller en Alemania fue mucho más destacado. Sus 11 puntos de media, sumados al más del 40% desde el triple, fueron motivo suficiente para que el GM de los Pels, ante la sorpresa de muchos aficionados, lo repescara de nuevo 2 años después.
La lesión en pretemporada del alero titular de los Pelicans, Solomon Hill, le abrió a Miller la posibilidad de disputarse con Dante Cunningham muchos de los minutos que quedaban disponibles en la posición de 3. No empezó bien, así como el equipo. Pero noviembre está siendo dulce para este alero de 27 años, y los resultados indican que los Pelicans están agradeciendo la elevación de sus prestaciones.
Tiempo de Miller, tiempo de un killer
Sus primeros 7 partidos no fueron nada halagüeños, con 2’1 puntos por partido, y porcentajes del 26% en tiros de campo y un 14% desde la línea de 3 en 11 minutos de juego. Pero ha sido al cambiar de mes el que ha despertado al jugador que se vio en Europa. 9’3 puntos y porcentajes superiores al 55% en las 2 categorías del tiro son buena muestra de ello.
Y apurando aún más en el tiempo, vemos que la aportación de Darius al equipo va creciendo exponencialmente. En sus últimos 5 partidos, donde 3 han sido fuera y se han ganado 4, Miller está promediando 11’2 puntos en 19 minutos de juego, acompañados de unos porcentajes que no son normales; 61% en tiros de campo y un 58% en triples.
Mención aparte merece su última actuación, donde fue el verdadero artífice del triunfo ante los Hawks realizando su mejor partido como profesional, con 21 puntos (8/11 tc, 5/8 t3) en 22 minutos.
Está absolutamente on fire, y eso es algo que los Pelicans deben aprovechar ante el rendimiento irregular de Jrue Holiday y el bajón que ha sufrido un jugador que empezó bien la temporada como Ian Clark. Jugador puro de catch-and-shoot, Darius no tiene una variedad de recursos que pueda impresionar, pero sabe cual es su trabajo y lo ejecuta a la perfección. No se excede, no se hiper ventila en momentos calientes, ni intenta hacer cosas que no debe. Es un jugador seguro, fiable, un correcto defensor y sobretodo, un jugador de equipo. No marcará las diferencias en el futuro, pero si sigue ayudando como viene haciendo este mes, los Pelicans tendrán mucho ganado para ser un equipo de playoffs esta misma temporada.
Jugo 7n gran partido cobtra los thunders convirtiendose ek ub peligro constante