El impacto de Kelly Olynyk en los Boston Celtics

Está siendo uno de los baluartes del equipo

Tras ser elegido en decimotercera posición del Draft 2013 por los Dallas Mavericks para luego ser traspasado a los Boston Celtics a cambio de los derechos de Lucas Nogueira y dos futuras rondas del draft, Kelly Olynyk empezó la pasada Summer League como un cohete y dejando un gran sabor de boca para los aficionados de la franquicia de Massachusetts, aún en estado de shock y duelo después de la marcha de Paul Pierce y Kevin Garnett a los Brooklyn Nets.

Pero, una vez empezó la NBA de verdad, y los partidos serios, el pívot Canadiense nacido en 1991, se disolvió como un azucarillo. Muy superado en velocidad por los ala-pívots reconvertidos a #5 y demasiado endeble (pese a sus 2.13 metros de estatura) por los pívots de toda la vida, Olynyk no encontraba ni su sitio ni su juego en la mejor liga de baloncesto del mundo. Hasta el buen tiro de media y larga distancia mostrado en la pre-temporada parecía haberse quedado en las canchas de Orlando.

Pese a contar con todos los minutos del mundo y la confianza de Brad Stevens en los primeros meses de competición, tras el parón navideño se vio relegado a un segundo lugar de la rotación, donde los jugadores más veteranos como Brandon Bass y Kris Humphries le adelantaron por la derecha. Al acabar el curso acabó con unos números bastante buenos, pero nada del otro mundo, 8.8 puntos, 5.2 rebotes y 1.6 asistencias en 20 minutos de juego.

Por suerte, todo parece haber cambiado. Mucho más seguro tanto en la pista como fuera de ella, demuestra confianza hasta delante de las cámaras -nada que ver su Media Day de este año con el del pasado curso -, ha comenzado la temporada 2014/2015 siendo uno de los baluartes tanto ofensivos como defensivos – los ratillos que defendemos – del equipo. Sus estadísticas de 13.3 puntos y 7.3 rebotes por partido han llegado a su máxima expresión con los 18 puntos y 11 rebotes en el enfrentamiento contra los Chicago Bulls. Esa noche, además, fue una de las claves de la victoria al atrapar dos rebotes (uno defensivo y otro, más importante aún, ofensivo) en los instantes finales del encuentro que le valen para situarse como el segundo máximo reboteador de los Celtics.

No solo eso, sino que lo está consiguiendo con unos excelentes promedios de tiro. Sean desde donde sean. Promedia un impresionante 60.8% de acierto en Tiros de Campo (31/51), que no esta nada mal, pero que se ensombrece al compararlo con su porcentaje de 53.3% más allá de la línea de tres puntos (8/15). Si esta mejoría nos está asombrando a nosotros, los aficionados, era imposible que le resultase ajena al que le dirige y entrena todos los días, Brad Stevens:

«Él nos abre el campo. Puede poner el balón en el suelo. Puede conducir, Puede tirar. Puede coger el rebote ofensivo, lo cual esta empezando a hacer con cierta facilidad. 

Aunque, quizás esto no solo está siendo fruto del trabajo y de la madurez del jugador canadiense, sino que también se esté beneficiando, y mucho, del juego solidario y rápido que está tratando de imponer Stevens este comienzo de temporada.

«Estamos subiendo y bajando. Es un juego muy fluido, estamos moviendo bien el balón. Todo el mundo está contribuyendo y todo el mundo es una amenaza».

«Es divertido jugar de esta manera. Todo el mundo toca el balón. Todo el mundo tiene que estar fluyendo junto al juego, en lugar de bajar, frenar, con el base driblando, driblando y driblando hasta que alguien coge el balón y tira».

Esperemos que tanto el rendimiento de Olynyk como el juego de los Celtics sigan en esta tendencia ascendente y seamos una de las sorpresas de esta temporada. ¿Quién sabe? Estamos en el Este, podemos soñar con playoffs.