Un interesante fenómeno está teniendo lugar en Utah Jazz. Recién finalizado el All Star Game más evidente se hace que el nivel de juego de Gordon Hayward cada vez se acerca más al que atesoran los jugadores que participan en el gran evento de la NBA. En su quinta temporada Hayward continúa demostrando que pertenece a la élite de la liga. Al mismo tiempo los que criticaban el suculento contrato de 63 millones de dólares que el talentoso alero firmó en verano no aparecen por ningún lado, parece que se los ha tragado la tierra.
«Gordon es un jugador top de liga y es increíble que no reciba el crédito y el reconocimiento que se merece» apuntaba el center Rudy Gobert tras la victoria ante New Orleans (100-96) hace escasas fechas.
Hayward no estuvo entre los elegidos para el All Star que se celebró en la ciudad de New York y parece que los que siguen habitualmente la NBA se cuestionan si seguirá jugando a este nivel antes de apostar claramente por él como una nueva estrella de la liga.
Hayward, ajeno a estas cuestiones, continúa progresando y mejorando sus prestaciones en defensa ante el reto de defender a los mejores escoltas y aleros, combinando esta mejora con un agresivo juego interior y un fiable tiro desde el perímetro. Mucha gente se ha dado cuenta de ese progreso, pero nadie como los que lo eligieron en novena posición en el draft de 2010.
El entonces asistente en el cuerpo técnico y mito de la franquicia mormona Jeff Hornacek disfruta con el juego del que fue su pupilo:
«Es divertido verlo jugar»
Hornacek trabajó intensamente en el tiro con Hayward primero como «shooting coach» y después como integrante del staff técnico de Jerry Sloan comandado por Tyrone Corbin en el aspecto táctico. Lo que impresiona a Hornacek no es tanto su acierto en el tiro, que está en su máximo esplendor, si no su progreso como jugador, con el que guarda una estrecha relación de amistad.
«La altura de Hayward (2,03), por no mencionar su musculatura, le confiere una ventaja en muchos aspectos» apunta el actual entrenador de los Suns.
Es muy buen pasador, en defensa posee grandes cualidades, un potente salto que ayuda en la intimidación y en cerrar el rebote. En ataque, causa problemas a sus defensores, ya que es capaz de crear situaciones de tiro, con o sin espacio. Los aficionados a los Jazz están de enhorabuena, viendo que su jugador franquicia está al nivel de estrella.