A pesar de terminar quinto en las votaciones a Mejor Defensor del Año, el jugador de los Jazz no consiguió entrar entre los 10 galardonados que integran los All-Defensive Teams – fue undécimo por delante de LeBron -. Esta incoherencia es aún más pronunciada cuando Gobert tuvo mayor número de votos totales y de primer puesto que, por ejemplo, Tim Duncan o Andrew Bogut, que son quienes al final le han quitado el puesto. En realidad no es anormal que se dé este supuesto, ya que sin ir más lejos Marc Gasol no formó parte del primer quinteto la temporada en que se llevó el trofeo a mejor defensor. Sin embargo muchos podrían argumentar que el antiguo hombre de Cholet ha hecho méritos de sobra para estar ahí.
No sólo su entrada en el quinteto titular a mediados de febrero convirtió la mediocre defensa de Jazz en una de las mejores de la NBA, sino que sus números en tapones son escalofriantes, y otras estadísticas periféricas como el porcentaje de rebotes o el rating defensivo también le colocan en la élite. Por no hablar del porcentaje de acierto que permite cerca de su aro, algo en lo que por cifras es el mejor. Tanto individual como colectivamente Gobert tiene muy buenas razones para merecer lo que no le han dado, pero sin embargo permítanme que rompa una lanza a favor de los que incluyeron a otros jugadores en sus listas.
Los dos meses increíbles del francés no pueden sobreponerse al hecho de que hasta febrero Utah prefería seguir apostando por Kanter a pesar de que su rendimiento dejaba mucho que desear. La defensa de Jazz se ha beneficiado también del ritmo cansino y conservador en ataque impuesto por Quin Snyder para fortalezer a una escuadra sin base a día de hoy y con muchos jóvenes. Los nombres que han entrado en los All-Defensive Teams han hecho campañas si no más buenas más completas que la suya. Bogut ha sido el catalizador otra vez de la mejor retaguardia de la liga, mientras DeAndre Jordan ha sido referente en la defensa de los Clippers una vez más. Ambos, sobretodo el australiano, han sonado repetidamente como candidatos al premio de Mejor Defensor del Año, y es probable que si Curry no se hubiera llevado el MVP hubiera recibido algo más de atención de los periodistas (que ya barrieron en dirección opuesta a Kerr y Green como entrenador y jugador mejorado).
Gobert apenas tiene 22 años y ha sido una maravilla poder disfrutar de él estos meses, pero han sido solamente unos meses en un conjunto en reconstrucción, y hay que tenerlo en cuenta. Nos hubiera gustado verle ahí, por supuesto, pero no creo que nadie pueda argumentar en contra de Bogut o Jordan. Lo que es seguro es que veremos en el futuro más próximo y por muchos años al galo en esa pomada.