«Maldita plaga del Small-Ball»

La era de los pívots puede llegar a su fin

Tras las declaraciones de Dwane Casey donde afirmaba que «la era de los pívots llegaba a su fin», y con Warriors ganando el título con muchos minutos sin su C en pista aún en la retina, parece que el futuro de Jonas Valanciunas como pívot Raptor puede llegar a su fin. Lo curioso es que no sería un caso aislado.

Si observamos estadísticas de hace tan solo 20 años, la temporada 1994/1995, tres de los cinco máximos anotadores por temporada fueron pívots, con O’Neal liderando la tabla, seguido de Robinson, con Olajuwon en la tercera posición mientras que Ewing ocupaba la sexta. En la última campaña en la liga, si obviamos a Anthony Davis como center (ya que esta temporada Asik ocupó dicha posición en los Pelicans), tenemos que ir hasta la 16ª posición en la lista de máximos anotadores totales para encontrar a Vucevic, seguido de Cousins o Marc Gasol; un dato cuanto menos interesante.

Fuente: Ohad* (CC)
Fuente: Ohad* (CC)

Cuando los GSW sentaron a Andrew Bogut en favor del alero Andre Iguoadala, capaz de disminuir el nivel de juego de LeBron James, los de Oakland ganaron 3 partidos consecutivos. El baloncesto, como la moda, la música u otros deportes, siempre está buscando la última tendencia, y esta parece ser jugar al «small-ball«, por tanto, ¿deberían los pívots desaparecer?

Personalmente, llevo viendo y siguiendo NBA cerca de 8 años, cuando Brandon Roy apuntaba maneras en Oregón, Nash sentaba cátedra en Arizona, o Nowitzki anotaba fade-aways como si nada en Texas (un momento, eso no ha cambiado para nada ¿verdad?). Igualmente siempre he sido un enamorado de la Historia de la NBA y desde bien pequeño he frecuentado los vídeos de grandes jugadores de la NBA como Larry Bird, Magic Johnson o Michael Jordan, tres fijos en mi «Monte Rushmore particular«. A parte, siempre he tenido predilección por los grandes interiores de la liga, jugadores como David Robinson, Patrick Ewing, o Hakeem Olajuwon. Sus batallas con otros jugadores como Shaquille O’Neal o Alonzo Mourning debieron ser épicas dado el eco que dejaron en la historia. También es cierto que me dejo en el tintero otros grandes Centers como Robert Parish, Bill Walton, Wilt Chamberlain, Bob Petit, Bill Russell o el sempiterno Lew Alcindor (más conocido como Kareem Abdul-Jabbar), ya que sus vídeos y hazañas son más complicadas de ver en muchos casos.

Fuente: Keith Allison (CC)
Fuente: Keith Allison (CC)

Los rectificados de The Dream, los tiros en suspensión de Ewing, la defensa del Almirante o el Black Tornado de Shaq se reflejan una y otra vez en mi retina cuando veo los contratos que firman los pívots de esta era, como DeAndre Jordan, Roy Hibbert, JaVale McGee o Larry Sanders. Algo no marcha bien, ¿no creéis?

En la actualidad aún quedan resquicios de aquellos pívots dominantes no solo por su físico sino por sus fundamentos. A parte de Dwight Howard, el mejor interior en el último lustro de la liga con grandes capacidades atléticas y defensivas, jugadores como DeMarcus Cousins, Marc Gasol, o Brook López consiguen jugar de espaldas a canasta y recordar a los aficionados aquella época dorada de rectificados, ganchos y fade-aways. Sin embargo, desde mi humilde opinión, estos tres, pese a ser tremendos jugadores no pueden aún ser comparados con la larga lista de talentos interiores de antaño.

Bien es cierto, como se decía en el pueblo donde veraniego, que «lo que se nos da, se nos quita«, y al igual que vivimos una época de «sequía» en lo que a pívots se refiere, tenemos la suerte de haber conocido la mejor generación de Power-Forwards (Ala-pívots o 4’s) de la historia, con enormes jugadores como Tim Duncan, Dirk Nowitzki, Kevin Garnett, Pau Gasol o los más jóvenes LaMarcus Aldridge o  Anthony Davis, jugadores que sin duda llegarán al Olimpo de su posición, ocupado actualmente por «Sir» Charles Barkley o Karl Malone entre otros. A buen seguro que cuando nuestros/as hijos/as comiencen a seguir el deporte del aro y la red, nos incitarán a que describamos los tiros a tableros de Duncan, los tapones de Garnett, o los pases desde el poste de Pau, puesto que habremos presenciado historia viva del baloncesto.

Pero estamos en un periodo de barbecho en lo que a Centers se refiere, hay que admitirlo. Nuestros descendientes dudo que pregunten sobre los «airballs» de McGee desde la línea de tiro libre, o los ganchos de madera de Howard al poste bajo. Menos aún nos preguntarán sobre las idas y venidas de Sanders con la marihuana o los tiros en suspensión de DeAndre Jordan. Esas preguntas las obviarán, por supuesto, y se preguntarán sobre la posición de Pívot, que muy probablemente esté extinta. Los quintetos de Small-Ball se suceden cada vez más, arraigados en los Heat de LeBron, con Chris Bosh como hombre de referencia en la pintura, y reafirmados en estas Finales con Draymond Green (apenas 2.00 metros) siendo el jugador más alto de los Warriors en el quinteto inicial.

Fuente: USA Today (CC)
Fuente: USA Today (CC)

Sin embargo, aún queda esperanza, un fino hilo de luz blanca que se abre paso sobre la oscuridad de quintetos bajitos, personificada en forma de jóvenes promesas en los últimos Drafts. La antesala de la clase del 2015 vino con gente como Nerlens Noel, Andre Drummond, DeMarcus Cousins o Joel Embiid, jóvenes pívots elegidos en sus top-10 y que, unos por atletismo y otros por movimientos, parecen capaces de marcar una época. En cuanto a los jóvenes y futuros rookies, destacan jugadores como Karl Towns y Jahlil Okafor, futuros y más que probables números 1 y 2 del 15′Draft, algo que no sucedía desde 2004 cuando Okafor (primo lejano de Jahlil) y Howard lideraron la camada de novatos (ambos jugadores no se caracterizan por su talento y calidad).

En resumen, aún queda esperanza para las generaciones venideras, puede que consigan disfrutar de bonitos duelos en la pintura, de las Twin Towers 2.0, de los bailes de salón de espaldas a canasta, de los rectificados, de los alley-oops y de los nuevos sky-hoops que queden por venir. Puede que nuestra generación solo haya tenido que pagar un precio por la calidad de Power-Forwards que hemos tenido el lujo de presenciar, y que nuestros descendientes vuelvan a establecer el equilibrio natural. Puede, que en el futuro no sea necesario recurrir a mix de YouTube ni a páginas Webs para admirar el talento que los 7 pies aun pueden mostrar a los aficionados.

Puede, esperemos, que el baloncesto vuelva a sus cabales. Por Wilt, por Hakeem, por David, por Patrick y por Bill. Entre muchos otros.

Fuente: Kip-Koech (CC)
Fuente: Kip-Koech (CC)