Todos los detalles del ‘drama DeAndre Jordan’
La surrealista historia de su no llegada a Dallas

Día 1: 1 de Julio del 2015, 00:01 de la madrugada en Estados Unidos.
El Inicio
Comenzaba un nuevo día en los Estados Unidos de América; pero no era un día cualquiera. Las agencias de telefonía americanas iban a tener más trabajo del habitual, se abría la Agencia Libre de la NBA y las franquicias se apresuraban para ganar a los demás y ser las primeras en transmitir sus jugosas ofertas a los mejores jugadores sin contrato de este verano con tal de formar un equipo con el que consigan el anillo. Paradójicamente, en un baloncesto donde cada vez se lleva más el small ball y donde los pequeños empiezan a asomar la cabeza en un deporte que, desde siempre, era para gigantes, los activos más interesantes en el mercado eran hombres altos, fuertes y dominantes. Entre ese elenco de estrellas, el que ha tenido más ajetreo en estos días ha sido sin duda DeAndre Jordan.
Ya salían los primeros movimientos; pero a los grandes jugadores no se les firman con tanta facilidad, hay que seguir un procedimiento: invitación al jugador a pasar unos días en la ciudad de la franquicia, una lujosa cena en el mejor restaurante de la ciudad, una larga conversación en las instalaciones del equipo… Siguiendo la «tradición». Ese mismo 1 de julio DeAndre Jordan ya tuvo su primera reunión, fue con los Dallas Mavericks y duró 4 horas y media. Primer día superado, aún quedaban varias reuniones.
Día 2: 2 de Julio del 2015.
Reuniones en L.A.
Los Ángeles Lakers son uno de los equipos más míticos de toda la NBA, el oro y púrpura de su camiseta refleja a la perfección el aura de lujo y estrellato que rodea a la franquicia; puro Hollywood. Segunda franquicia con más anillos en la historia pero en horas bajas y escaldados tras una reunión con LaMarcus Aldridge donde, por decirlo suavemente, no acertaron con su estrategia de persuasión. Con Jordan intentaron no cometer los mismos errores; solo dos horas de reunión donde el peso pesado del equipo (Kobe Bryant por si había dudas) no estuvo presente, un feo detalle…
Pero no solo era fama lo que le tocaba a DeAndre ese día, también le tocaba regresar a casa, reunirse con los que le dieron la oportunidad de debutar en la NBA y con el equipo que ha estado durante toda su carrera: Los Ángeles Clippers. El «hermano pobre» de L.A. podía ofrecerle más dinero y la seguridad de estar en lugar conocido; pero su relación un tanto tortuosa con Chris Paul parecía que hacía peligrar el idilio Jordan-Clipper.
A todo esto, los Knicks tuvieron contactos con el jugador (poco más hay que añadir a esa información) y, al mismo tiempo, se ligaron los nombres de prácticamente todos los pívots del mercado a los Mavericks, que impacientes son algunos.
Día 3: 3 de Julio del 2015.
¿The Decision?
Todas las fuentes apuntaban en la misma dirección: DeAndre Jordan decidiría su futuro ese mismo día. Poco más podían hacer las franquicias que habían mostrado interés en el jugador más que esperar. La elección se acotó a dos franquicias: Clippers y Mavericks (pobres Lakers y Knicks…). Los angelinos le podían firmar por más de 100 millones en 5 temporadas mientras que los tejanos «solo» por 80 en 4. Pero las locuras de Cuban y sus ansias de ganar el anillo y firmar a los mejores jugadores una temporada sí y otra también lo hacían más peligros que el verde de los billetes. Finalmente, un factor inesperado saltó a escena; Chandler Parsons, con su carita de niño que no ha roto un plato en su vida y su muñeca de oro, asumió los galones de General Manager con tal de atraer a ese 5 dominante que tanto gustan por esos lares.
Y llegó el momento, los periodistas más reconocidos del mundillo dieron la primicia: DeAndre Jordan firmaría por los Dallas Mavericks. Rápidamente, el resto de medios se hicieron eco a la noticia. El equipo tejano lo había vuelto hacer, cuando parecía que se iban a quedar en cuadro, se sacaron dos fichajazos de la manga y se convertían en contenders (aun sin un buen base que dirija a los Matthews, Parsons, Nowitzki y Jordan). Mientras tanto, en L.A. el aroma a pánico crecía con el paso de los minutos, un equipo TOP del salvaje oeste se quedaba al descubierto, con solo dos interiores (Griffin y el rookie Dawson), poco margen salarial para moverse y, peor todavía, sin muchos buenos nombres en el mercado para solventar tal papeleta. Los Clippers habían sido los grandes damnificados con la Agencia Libre.
Día 4: 8 de Julio del 2015.
La guerra de los tweets.
Hasta hora, todos los fichajes no están confirmados como parece, hasta el 9 de julio ningún jugador (aparte de los rookies) ni ningún traspaso puede ser oficial, es decir, todos son acuerdos verbales; pero acuerdos que al 99% se cumplen, son hombres de honor, la palabra es la palabra, los acuerdos hay que cumplirlos… Tras 5 días de lógico parón donde el nombre de DeAndre solo aparecía para indicar que los Clippers buscaban a su sustituto en la pintura angelina, su mala relación con Chris Paul que desencadenó el desenlace final y, cómo no, en la boca de Mark Cuban para decir más de lo que debería y ganarse una nueva multa, esta vez de 25.000 dólares; vamos, calderilla para el excéntrico General Manager.
Mientras Jordan estaba en Houston, los Clippers rompieron el molde, no se pueden permitir perder a su 5 titular y fueron a por él para que diera una vuelta de hoja a su decisión ahora que aun estaba a tiempo de hacerlo. La noticia fue una bomba y las respuestas no tardaron… a modo de tweet o, más bien, de emoticonos. Ante tal rumor, Chandler Parsons y Mark Cuban se pusieron manos a la obra para que su gran fichaje no se echase atrás y Parsons, para dejarlo «claro», puso un curioso tweet a forma de avión para indicar que estaba de camino para reunirse con Jordan. Pero claro, la plantilla de los Clippers tampoco iban a desaprovechar la oportunidad de «traerse de vuelta» a su compañero, primero fue J.J Reddick (que se había demostrado muy descontento con el trabajo veraniego de su equipo) el que aprovechó que estaba en Austin (Texas) para ir, este en coche, a reunirse con el pívot y, cómo no, dejarlo claro en Twitter; luego fue Blake Griffin el que, si hacemos caso a sus emoticonos, habría cogido avión, helicóptero y coche para estar presente en la reunión. Paul Pierce fue mucho más rápido, e irónico, al poner una imagen de un cohete (los emoticonos son ya demasiado para el veterano alero), aunque para ironía, la de Chris Paul, que les siguió el juego pero él haciendo alusión a sus vacaciones con James y Wade. El premio al más directo lo recibió Lance Stephenson, al mencionarle en un tweet donde le pedía que se quedase con ellos.
Esta tendencia no tardó en ser viral, muchos jugadores y franquicias se apuntaron a la fiesta con 3 tweets ganadores: el de los Golden State Warriors con un trofeo de campeón, el de Marreese Speights con el mismo trofeo y un anillo y, aunque se unió más tarde a la fiesta, el de Kobe Bryant, el cual ante el aviso de la «batalla» de emoticonos fue directo: 5 trofeos y a dormir. Si es que no hay nada como los anillos para sonreír.
A todo esto, el revuelo y el poco tiempo hacía que la (segunda) decisión de DeAndre no tardaría mucho en saberse.
La reunión de DeAndre Jordan con sus compañeros de vestuario en los Clippers duró tan poco como mucho estuvieron en su casa; porque al parecer el pívot fue bastante fácil de convencer, Jordan volvería a ser un Clipper… de momento. Hasta el rabo todo es toro y si ya cambió una vez de opinión, ¿por qué no iba a volver a hacerlo? Para evitar eso, Doc Rives & company tenían la solución: No moverse de la casa de Jordan, a modo de bunker y con el humor de Blake Griffin en twitter a modo de entretenimiento. Tenían que aguantar hasta que el reloj marcase la media noche, hasta que el ajetreado día 8 llegase a su fin y naciera un espléndido día 9 que permitiera hacer oficial los acuerdos. Los intentos de Cuban para revertir esa situación eran complicados, difícil papeleta la que tenía un pobre Mark que ya daba por perdido al jugador, pero la esperanza es lo último que se pierde.
-«Clon»,»Clon»,»Clon»- El reloj marcó las 12.
Día 5: 9 de Julio del 2015.
La firma
Sonaron las campanas, los contratos ya se podían firmar y DeAndre Jordan debía de coger el bolígrafo y estampar su firma en algún contrato. Clippers o Mavericks, Los Ángeles o Dalas; dos franquicias, dos ciudades, una conferencia y el mismo objetivo: ser candidatos al anillo.
Y DeAndre firmó… por Los Ángeles Clippers. El máximo (88 millones) en 4 temporadas con una opción para el jugador de salir del mismo al final del tercero. Ardía Dallas, indignados ante tal plantón, pues se quedan sin pívot estrella y sin margen para conseguir uno nuevo (bonito será cuando los Clippers jueguen en Dallas). Y el mundillo de la NBA, aunque no lo hayan demostrado mucho, tampoco está contenta con esta situación, ¿se abre una nueva época en la que los acuerdos verbales dejan de tener validez? La frase que mejor explica esta situación y, a la vez, es la más irónica la twitteó una leyenda de este deporte, Clyde Drexler, afirmando literalmente que «Tu palabra (la de Jordan) es tan importante como tus tiros libres». Pero, a todo esto, los Clippers estaban de celebración y, para terminar con la guerra de los emoticonos, Paul Pierce puso el típico para las celebraciones.
En fin, un fichaje surrealista que tendrá su repercusión en la mejor liga del mundo de baloncesto.