El doctorado de Justin Anderson

Está siendo una pretemporada muy difícil para los Dallas Mavericks, la plaga de lesiones en los hombres más importantes de la plantilla provoca que cada partido sea, sobre todo en el resultado, un suplicio para los fans. A pesar de toda la situación global, siempre hay algunas luces a destacar. Una de ellas es el rookie Justin Anderson.

La falta de efectivos han aupado al joven jugador a lo más arriba de la rotación. Tiene prácticamente el monopolio de las posiciones de escolta y de alero, y ha disputado una media de 22.4 minutos por partido, el tercero de la plantilla. 

Esta adaptación forzada a la mejor liga del mundo está siendo mucho más dura viendo los emparejamientos que ha sufrido. El nivel ha ido subiendo en cada partido, contra los Nuggets le tocó defender a uno de los aleros más talentosos, el italiano Danilo Gallinari; después contra los Rockets le tocó defender a James Harden, uno de los mejores jugadores de la liga; y, esta pasada madrugada, tuvo que soportar ni más ni menos que a Kevin Durant; casi nada. Salir vivo de este inicio de temporada ya tendría mucho mérito; pero es que, además, ha sacado una nota más que buena. Muy serio en defensa; él fue, por ejemplo, uno de los factores que hicieron que ayer Durant solo pudiera hacer 10 puntos. Está demostrando ser un jugador de intangibles, dejando muy buenas sensaciones pero sin que eso se demuestre en números con solo 6.3 puntos, 3.3 rebotes y un tapón.

Anderson quiere estar muchos años en la NBA y está opositando para ello.