«Yo solo quiero volver a jugar, salir a la pista y probarme de nuevo»
Brandon Jennings está nervioso, con la mirada puesta en el sábado. Recuerda lo que le pasó un fatídico día de enero de 2015 y se estremece. Piensa en todo lo que se ha perdido, y todo lo que su equipo ha dejado de ganar. Desde la salido de Josh Smith, los Pistons estaban jugando como lo hacían en 2009, cuando los de la Motown viajaron a los PlayOffs por última vez. Stan Van Gundy decide que Smith debe salir de la franquicia por el bien del equipo, y con un récord de 5-23, empieza la remontada, y a su vez, el primer paso de un nuevo Brandon Jennings. Los Pistons vuelven a ilusionar, ganan un par de partidos por el Oeste y vuelven al Palace, donde les espera un pabellón menos vacío de lo habitual. Todo fluye, y sin hacer ruido, los Pistons se colocan en posiciones de PlayOffs, algo impensable.
Pero los Pistons todavía no están preparados para los PlayOffs, y sufren, entre traspasos y lesiones, recaídas que les alejan de las posiciones de privilegio. El equipo, con estabilidad, podría haber estado en las quinielas para entrar en los PlayOffs, ya que tuvieron tres etapas en las que los Pistons pudieron haber estado entre los ocho primeros. La primera fue en la etapa post-Smith. La segunda, el tramo entre la lesión de Jennings y el traspaso de DJ Augustin a Oklahoma, y la tercera, el final de temporada en el cual Reggie Jackson se adaptó finalmente al estilo de juego de Van Gundy.
Brandon Jennings está frente a los medios hablando sobre el inminente partido, con todo su cuerpo liberado de muletas y botas ortopédicas para ayudarle a caminar, y recuerda todo el camino que ha tenido que andar para llegar hasta el sábado. Después de la operación, la silla de ruedas, el zapato ortopédico y las muletas, Jennings por fin pudo hacer lo que más le gustaba, calzarse sus botas y salir a correr, primero pequeños trotes, luego carreras más intensas, y coger un balón para lanzarlo a canasta. En estos últimos meses, Jennings ha ido aumentando el grado de condicionamiento físico para estar a punto para su día de regreso, y sin perderse ni un partido en el banquillo de su equipo, ha ido aprovechando las rondas de tiro previas a los choques y los finales de partido cuando el Palace se iba vaciando para poder ponerse a punto. Cada instante cuenta.
Brandon Jennings habla sobre el hecho de ir voluntariamente a jugar a la D-League para ponerse a punto, y piensa sobre las últimas semanas de entrenamiento, en las que ha podido participar en partidillos sin contacto con sus compañeros y en ejercicios de final de posesión. Los partidos de entrenamiento con contacto máximo le hicieron coger confianza en su cuerpo, y fija una fecha para su regreso, el 27 de diciembre de 2015, en el Madison Square Garden, contra los New York Knicks. Un escenario idóneo para terminar una de las travesías mas duras por las que pasará un jugador de la NBA.
«¿Qué os pensáis? Claro que puedo jugar al baloncesto«
Algunos periodistas son muy escépticos acerca de la verdadera condición del cuerpo de Jennings, y le preguntan si de verdad puede salir a jugar. Jennings enfila la salida de los vestuarios y mira el interior del Deltaplex Arena, el lugar que le verá volver a las pistas 11 meses después. Stan Van Gundy, Andre Drummond y Reggie Jackson le acompañan desde fuera; Darrun Hilliard y Reggie Bullock se vestirán de corto con él. El Deltaplex Arena ha vendido todas las entrada, está hasta la bandera, primera vez en su corta historia como pabellón de baloncesto. Ambos equipos se preparan, el árbitro pita, lanza el balón al aire, y Jennings empieza a correr. El primer balón que toca, se lo intenta pasar por detrás de las piernas, le bota en el talón y se marcha fuera. Se le comprende, y pensamos que Jennings estará un tiempo adaptándose. Y de pronto, sin tan siquiera volver a meternos en el partido…
Ya hemos visto a Jennings hacer eso mismo con Drummond en un partido contra los Lakers, pero la ocasión era diferente. Esto significa mucho mas. Analizamos la situación. Vienes de 11 meses de recuperación tras sufrir una lesión de la que muchos dicen que no volverás a ser el mismo, decides ir a la D-League voluntariamente, muchos periodistas no te ven preparado para volver, pierdes tu primer balón en un error no forzado y luego haces esto. Brandon Jennings no tiene el baloncesto como profesión, lo tiene como devoción. Él ama el baloncesto, y cuando tiene el balón en sus manos, no duda en demostrarlo.
El partido sigue, y cada contraataque es una obra de arte más. Sus compañeros le ayudan con un tiro acertado, y los Iowa Energy no saben ni por dónde les están viniendo. Brandon Jennings vuelve a sonreír, y los Pistons ya se frotan las manos al ver que Jennings es como un fichaje, algo con lo que casi no contaban, y ahora se encontrarán con un base con un esquema mental mucho mas definido, dispuesto a ayudar al equipo, y que puede dar un empujón enorme a la segunda unidad, el punto débil de los de la Motown.
El partido siguió así hasta el final. En el tercer cuarto las cosas se encallaron un poco, fruto de la poca actividad previa del jugador. Brandon Jennings terminó el partido con 11 puntos (4-9 TC, 2-5 T3), 12 asistencias y 3 rebotes. El base ha demostrado que su cuerpo está a punto, que puede llegar a ser el mejor jugador en lo que va de carrera, y que estos Pistons tienen una nueva pieza, que les va a venir a las mil maravillas.
Dejo aquí un par de jugadas más para deleite del lector: