Johnny O’Bryant, la consistencia en los Bucks

Buena aportación en la sombra

En un comienzo realmente malo, para nada esperado en Milwaukee después de la llegada de Greg Monroe y la recuperación de Jabari Parker de su lesión en el ligamento anterior anterior, hay varias noticias positivas en la franquicia: el desarrollo en el juego de Giannis Antetokounmpo, el fiable lanzamiento exterior de Khris Middleton, la recuperación de Michael Carter-Williams en las últimas fechas o la aportación de Greg Monroe.

A esto, tenemos que sumar el rendimiento que está dando Johnny O’Bryant, principalmente desde el banquillo aunque ha jugado algún partido como titular. Si estás leyendo esto y viste jugar a O’Bryant solo la temporada pasada, simplemente no te lo creerás, porque el jugador salido de la Universidad de Louisiana hizo una de las peores temporadas como rookie de la historia de la NBA, encontrándose perdido en la inmensidad de la NBA (desde la mediatización hasta el ritmo de juego y el número de partidos).

JOB está haciendo una temporada muy sólida, habiéndose instalado como fundamental en la rotación de Jason Kidd. Cosa, que de nuevo si no lo has visto jugar, no te creerás viendo sus estadísticas, para nada llamativas, con 3.6 puntos, 3.1 rebotes, con un 41% en tiros de campo.

No obstante, estas estadísticas no son más que una muestra de que es de esos jugadores que piensa primero en el equipo, después en el equipo y por último en el equipo. Por esto es tan querido entre sus compañeros.

Johnny O’Bryant es el jugador del equipo con el menor ratio de uso y, entre los que han jugado al menos 100 minutos, es el que menos lanzamientos intenta, con solo 3.5 tiros de campo por partido. Para seguir retratando esta falta de egoísmo, el power-forward ha lanzado 46 tiros desde más allá de 3 metros del aro y solo 4 de ellos fueron con un defensor cerca de él.

Lo mejor de este jugador es su visión de juego y ayuda en el rebote. Es el típico jugador que hace las pequeñas cosas que ganan partidos pero no llama la atención. Así, cuando O’Bryant pasa el balón, sus compañeros tienen un 45.8% en tiros de campo y un 40% en triples, y esto perdiendo el balón poquísimo, ya que acumula 14 pérdidas en 25 partidos jugados.

Para hacernos una idea de su influencia, JOB lidera a los Bucks en Offensive Rating (esto es, puntos anotados por 100 posesiones) con un 105.6. También es primero en cuanto a influencia en el equipo en True Shooting, segundo en Net Rating y porcentaje de rebotes.

¿Y todo esto qué nos dice? Los datos demuestran que el jugador de segundo año tiene una influencia muy positiva en el equipo, a pesar de jugar en  la segunda unidad y que sus números no llamen la atención.

Lo mejor para los Milwaukee Bucks es que Johnny O’Bryant cobra esta temporada tan solo 845.059 dólares y la siguiente 980.431. Teniendo además la posibilidad de renovarlo con un contrato largo y poco costoso cuando su actual contrato finalice. Lo dicho, una bendición para el equipo tener un team-first guy, que encima es joven. Una especie en extinción en la actualidad.

Lo dicho, Johnny O’Bryant es la consistencia en los Bucks.