Los Bucks, a punto de salir del pozo para caerse de nuevo

De nuevo nos caemos a la decimotercera posición, mejor dicho nos mantenemos en la misma. Lo cual no debería de ser noticia, pero es que casi logramos salir de esa situación, entre el tanking y la lucha por los playoffs que hay en el Este. Porque por una vez nos sentimos en la lucha, nos sentimos capaces de dar un golpe en la mesa, de superar a los Hornets, los mismos que caerían de la segunda posición, a la tercera, por la cola. Pasar de ver a los equipos por la lucha desde la barrera, a estar en esa lucha.

Os sitúo, tras una eternidad en la maldita tercera posición por la cola, y ya con Prunty en cabeza, el equipo despierta, y Middleton se pone a modo de AllStar. 3 victorias seguidas, ante Miami y Hornets a domicilio, y contra Atlanta en el BMO Harris Bradley Center. Y adivinen con que coincide esto. Los Hornets (un puesto arriba en la clasificación), pasan por una frenética racha, en la que bajan como la marea. Tras estos partidos, a los Bucks les basta con ganar en Houston, y que la franquicia de Michael Jordan pinche en Orlando.

Esto lo viví con especial indignación, cuando me fui a dormir, Oladipo y compañía ganaban de 15 a falta de 7 minutos, y los Bucks perdían de tan solo un punto a mitad del tercer cuarto. En ese instante los de Wisconsin estaban a una bandeja de salir de ese pozo en el que estaban estancados, yo ilusionado cerré los ojos, y al abrirlos unas horas más tarde, me enteré de la mala nueva. Perdimos de 4, y los Hornets ganaron, lo que significaba que nos volvíamos a alejar de dicha posición. La misma que veríamos más lejos tras perder en Nola, y que los Hornets ganaran a los Knicks. Vaya decepción.