Dirk Nowitzki decide una nueva batalla en LA
Dallas Mavericks 92 - 90 Los Angeles Lakers

Esperada victoria de Dallas Mavericks en su visita al Staples Center más púrpura, ante unos Los Angeles Lakers, que sin el viejo Kobe Bryant, supieron competir hasta un final apretado que se decidiría por mínimos detalles. Encuentro marcado por la canasta final de Dirk Nowitzki, que pese a un mal partido individual, decidiría el partido en la última jugada.
Un encuentro entre el sexto de Conferencia, los Mavs, y el colista de su misma Conferencia, los Lakers, no debería ser la mayor de las pasiones en baloncesto. Por suerte, el partido de hoy nos demostró justamente lo contrario, y viviríamos en LA un choque realmente ajustado hasta el final.
Partido que empezaría con una emocionante previa, donde dos leyendas del baloncesto, se cruzarían y saludarían, quizás por última vez, en una pista de baloncesto, Kobe Bryant y Dirk Nowitzki. Pudo ser su encuentro número 50, pero no fue así, la Mamba estaría ausente esta noche por un dolor en el hombro derecho, que le hizo perderse este último partido, de una rivalidad que ha marcado durante mucho tiempo las páginas más doradas de la NBA.
Respetos a la leyenda aparte, y una vez que el balón rueda hasta encontrar un ganador, el encuentro se resolvió de manera inesperada por forma, no por fondo. Así, pudimos ver como los Mavs daban primero, y marcaban la pauta en un primer cuarto que controlaron como grandes favoritos del choque. Se agarraron a esa fluidez ofensiva que marca la diferencia entre los equipos de arriba y los de abajo, ese viejo clásico, asumido en el mundo del basket.
Sorprendentemente, los chicos de Dallas optaron por la relajación en el segundo cuarto, su segunda unidad se durmió en el buen trabajo de sus iniciales, y los locales supieron volcar el marcador en su beneficio. Así, Lakers cerraba el partido al descanso dominando en el marcador, pero sobre todo, metiendo a un equipo muy superior un parcial de +9 en el cuarto, por relajación defensiva de unos, y acierto ofensivo de los otros.
Tras el descanso, los dos equipos asumieron la idea de que su defensa no había funcionado al máximo rendimiento en la primera parte, y se pusieron a ello, esto hizo que nos encontrásemos en un partido más rocoso, pero también más competido. Las defensas de los dos equipos nos llevarían, paso a paso, hasta un final de infarto, ese que solo pueden definir las grandes diferencias que marcan las leyendas del baloncesto.
Así, sin Kobe Bryant en el campo, todas las miradas fueron a parar hacia Dirk Nowitzki, y la leyenda de los Mavs no defraudó. Dirk, que habría firmado un mal partido, no falló cuando el partido le necesito, demostrando su buena puntería en una canasta ganadora tirándose hacia atrás, todo un clásico del alemán.
En lo individual, Nowitzki no tuvo su noche, solo 13 puntos y 6 rebotes, pero su canasta ganadora lo cambiaría todo. Por suerte, a los Mavs les ayudaría una buena noche de Chandler Parsons, 17 puntos, 9 rebotes y 4 asistencias, y un gran JJ Barea desde segunda unidad, con 18 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias. Entre Parsons y Barea llevarían a los Mavs en partido hasta el final, para la canasta ganadora del gran Dirk, que sería definitoria.
En Lakers la vida sigue igual, en esta su séptima derrota consecutiva, sin Kobe Bryant por lesión, en un partido donde los de púrpura y oro compitieron hasta el final, pero donde el esfuerzo no fue suficiente. Los locales encontrarían buenas actuaciones en las figuras de Julius Randle, nuevo doble doble para él con 16 puntos y 11 rebotes, y Jordan Clarkson, con 18 puntos, 6 rebotes y asistencias, en la que sería la mejor actuación individual de la noche, pese a una nueva derrota púrpura.
Como cierre y conclusión, hasta la piedra más fácil de esquivar se puede convertir en tu peor pesadilla si no te esfuerzas por superarla. Esto fue lo que sucedió en LA, esta noche con los Mavs, los de Dallas víctimas de su superioridad, confiaron en ella, y casi acaban derrotados en una pista que debería ser de trámite. Por suerte, Nowitzki demostró que su muñeca sigue teniendo vigencia, en la noche donde el joven Jordan Clarkson, por los californianos, quiso ser un líder.