Los Pelicans dicen lentamente adiós a los Playoffs

La NBA es un sitio muy especial. Todos lo equipos tienen diferentes métodos para llevar a cabo un plan que puede ser luchar por playoffs o jugar mal a propósito para conseguir un pick alto en el draft. O si no, habría que preguntarle a los Phoenix Suns cómo superar las expectativas un año y al otro año despedir un técnico por un pésimo comienzo.

Y luego están los equipos que no logran cumplir las expectativas, que es el caso de los Pelicans.

Los New Orleans Pelicans están en esta circunstancia, luego de una temporada de 45 victorias los fans y parte del staff del equipo espera grandes cosas de este proyecto. Pero el cambio de entrenador, nuevo plan de juego, sobretodo las lesiones, y la falta de química entre compañeros hicieron de una temporada llena de expectativas un total fracaso.

Los Pelicans ya pueden decir adiós a las aspiraciones de playoffs, para que el conjunto de gentry llegue a jugar los playoffs deberían tener un récord mínimo de 30-5 a partir del próximo partido,  sino necesitarán un récord de 27-8 para al menos igualar su marca del año pasado. No importa el récord que tengan estos, el GM del equipo tiene una labor muy grande en la siguiente offseason, ya sea firmar un agente libre como puede ser Beal o Howard, o draftear a un jugador que en conjunto a Anthony Davis tomen las riendas del equipo y los guíen a los playoffs nuevamente.

Hoy a la mañana múltiples reportes de especialistas en lo que al draft concierne dieron sus predicciones para los de Luisiana, estos no eran a favor del equipo. Aquí vemos los récords proyectados a final de temporada y la posición que los Pelicans ocuparían en el Draft. Es tarde para ‘tankear’, pero al mismo tiempo, es tarde para alcanzar los Playoffs:

 

Aun terminando con el octavo peor récord los Pelicans tienen un 10% de conseguir un top 3 en el próximo draft. La decisión que se tome debe ser entre hoy y el 18 de febrero, y para bien o para mal, Dell Demps se habrá jugado gran parte del futuro de los Pelicans y de Anthony Davis en New Orleans.