Los bases no funcionan en los New York Knicks

Así está la triste situación de los “bajitos” en lo Knicks

Fuente: Keith Allison (CC)
Fuente: Keith Allison (CC)

Una de las tónicas de los New York Knicks esta temporada es tener que aguantar que prácticamente todos los días los bases rivales hagan una aportación al partido tremendamente superior al impacto que puedan tener los bases del equipo neoyorquino. 

Ahora mismo los New York Knicks tienen en plantilla hasta tres bases, además de otros dos que podrían jugar en esa posición e incluso han llegado a jugar. Hablamos de José Manuel Calderón, Langston Galloway, Jerian Grant, Sasha Vujacic y el recién llegado, Jimmer Fredette. 

En la rotación, hasta ahora sólo hemos conocido a un base titular (salvo los partidos que causó baja por lesión), que no es otro que José Manuel Calderón. El extremeño promedia esta temporada 7.3 puntos, 4 asistencias y 3.1 rebotes en 27 minutos de juego. El rendimiento de José camina por la delgada línea que separa lo aceptable de lo malo, pero si a ello le añadimos que el jugador es actualmente el 4º que más cobra del equipo (7 kilos al año), pues todo se ve de una manera diferente. 

Quizá hasta ahora los New York Knicks no quisieron tocar según qué cosas, pero sus necesidades hablaron por sí solas. José Calderón pudo haber salido del equipo, pero no se consiguió ningún traspaso por lo que no abandonó los Knicks. ¿La razón? El valor de José en el mercado es prácticamente nulo, puesto que sus 7 millones no sólo le acompañan esta temporada si no que la siguiente, el base también se embolsará un salario que trae de cabeza a unos Knicks a los que no les salen muy bien las cuentas.

El problema del español es múltiple, puesto que llegaba a los Knicks con el cartel de ser un base que podría encajar en el  triángulo, pero quizá llegue unos años tarde al sistema. Su físico actual dista mucho de ser el más apto para jugar de titular en un equipo NBA actualmente puesto que el nivel en esa posición ha crecido a pasos agigantados en los últimos años, y las piernas de Calde no pueden aguantar carreras contra hombres como Russell Westbrook, John Wall y prácticamente los otros 27 bases titulares de la liga restantes.

Además, en ataque tampoco está resultando excesivamente útil. Ya sea por entendimiento del triángulo o por cualquier otra cosa, pero la dirección de Calderón en ataque no está siendo determinante. Con él, el equipo no puede correr en las transiciones y uno de los problemas más gordos es que a pesar de ser un excelente tirador de triples y a pesar también de que  por el mismo triángulo suele tener muchos tiros abiertos, no está consiguiendo tirarlos. Sí, decimos «tirarlos», porque inexplicablemente, el base no suele estar preparado para tirar cuando se requiere, y eso está haciendo daño a un ataque que tiene demasiados agujeros por tapar. 

Pero para agujeros, habría que hablar de los agujeros que deja el base extremeño atrás. Por  mucho que nos duela, hay que ver las cosas y lo cierto es que no está siendo capaz la mayoría de partidos de parar a los bases rivales. Además, las constantes ayudas que tienen que hacer los interiores son un problema puesto que provoca desajustes que aprovechan los grandes  o simplemente, se cargan de faltas para intentar cerrar la canasta a esos bases que atacan sobre una  alfombra roja la canasta  de los Knicks. 

El segundo en la rotación es Langston Galloway, que  a grandes rasgos, suele ser todo lo contrario a Calderón. Todo lo que no tiene de conocimientos, calidad, inteligencia, tiro y demás; lo cubre con un trabajo impagable. Sin embargo, ese trabajo no le está  salvando. Cuando entra en pista suele ser una buena noticia, puesto que en defensa es más apto y ya es una vía que deja de ser fácil para que los contrarios anoten.

Pero ojo, no es que estemos hablando de Gary Payton. Galloway no es un especialista defensivo ni mucho menos y también sufre mucho contra los mejores bases de la liga. En ataque, es un poco «ni fu ni fa». Tiene sus días buenos y sus días completamente desastrosos. Esta temporada promedia 7.9 puntos, 2.3 asistencias y 3.7 rebotes. No es un gran repartidor de juego y se nota en sus asistencias, si bien es cierto que entre que el triángulo ofensivo no da demasiadas opciones para que los bases asistan, que Carmelo es el mejor base de los Knicks (sube la bola y organiza el juego mejor que estos) y que Galloway suele coincidir con los otros suplentes en pista (lo cuál resta muchas asistencias en este equipo), hace que estas asistencias tengan un número tan triste.

¿Es Galloway  el base que debe estirar el carro de los New York Knicks? Todo es probarlo. No es que los resultados vayan a ser excesivamente buenos, pero mejora en ciertos aspectos el juego del equipo. Además, si mejora su tiro, puede ser un arma exterior a considerar, convirtiéndose así en un arma de doble filo.

El tercer base en la rotación es el señor que no debe ser nombrado. El más temido por la propia afición de los Knicks es el base que llegó este verano por su conocimiento del triángulo y su relación con el entrenador y Phil Jackson. Es ese que provoca el silencio en el MSG cada vez que se acerca a la silla de cambios. Los escalofríos son tremendos cada vez que toca un balón, puesto que el destino final del balón no suele ser la canasta si pasa por las manos de Sasha Vujacic. El esloveno es un dolor de muelas para los Knicks, puesto que puede darse la mano con Calderón por su defensa, tira peor que Galloway y no reparte nada de juego. Es simplemente inútil y no se entiende que esté tercero en esa rotación. Debería  ser penal que Kurt Rambis (y antes Fisher) le esté dando tanta cancha a este jugador. 

Por otra parte, tenemos a Jerian Grant. Este, señores, ocupa la 4º plaza en una rotación que podría ocupar perfectamente como 1º o 2º. El  bueno de Jerian es el más apto de todos los bases de los Knicks en el aspecto defensivo pero tiene un problema gordísimo para jugar con este equipo: su tiro exterior. Sus porcentajes son horripilantes desde el exterior, pero sus entradas a canasta son la gloria y sobre todo, su juego de pick&roll con hombres como Robin Lopez o su juego de pick&pop con Kristaps Porzingis. Es una delicia su lectura de los partidos y en una opinión muy personal, creo que debería ser el base titular de este equipo.

¿Por qué? No sabemos la intención de los Knicks de cara al año que viene, pero los millones no van a bastar para atraer según qué. No sabemos si de alguna manera José Calderón va a llegar a salir del equipo pero lo que si sabemos es que si este año le ha costado, el que viene puede ser aún peor. Jerian Grant es el jugador con más proyección de los bajitos que tienen los Knickerbockers y para hacer el ridículo con X jugadores en un año que podemos decir que ya está tirado a  la basura, mejor intentar hacer que este chico con proyección mejore jugando y no chupando banquillo.

A la espera de saber si los Knicks atraerán o no un buen base en verano, Jerian Grant es la mejor baza que trabajar ahora mismo, y en los despachos podrían haberse dado cuenta de ello tras el partido ante los Raptors, puesto que según Frank Isola, José Calderón podría dejar de ser titular. Un partido que definió perfectamente el problema de los Knicks con los bajitos:

Calderón + Galloway + Vujacic = 50 minutos, 0 puntos, 4 asistencias, 0 robos, 0 tapones y sobre todo una defensa muy poco sólida (Lowry 22+11+11, Joseph 13+6).

En el último cuarto jugó Jerian Grant y los últimos dos minutos  jugó también Jimmer Fredette. Entre los dos, sumaron 12 puntos, 4 asistencias, 1 tapón y 1 rebote en sólo 14 minutos combinados.

Ahora, a estos cuatro podemos añadir a Jimmer Fredette, que podría jugar de «base» con un rol similar al que tuvo por ejemplo Steve Kerr (salvando las distancias) en lo Bulls de Phil Jackson.

Señores, encuentren las siete diferencias y juzguen ustedes cuál es el verdadero problema con los bases. Quizá unos cambios en la rotación no estarían de más. Y un traspaso (en su momento), tampoco lo habría estado.